Prologo

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La muerte había sido realidad un montón de veces, había estado más cerca de lo que de pequeña hubiese querido. Pero estaba. Había estado al borde de dejar está vida y cruzar mi siguiente viaje, si es que existía.

Justo ahora, me maldigo a mí misma y pido que la vida me perdone por todas esas veces que no la vivi.

Ahora lo entiendo, la vida era mucho más que llorar todas las noches en mi habitación. El me lo demostró. Por eso, por esa misma razón, siempre fue el. Porque me traía paz. Por eso.

No merecía esto.

Jamás estuve preparada para que la vida me arrebatará todo lo bueno que tenía. Esa tormenta me dejó ala deriva en el mar, creyendo que después de la tormenta salía el sol, pero jamás salió. Solo unos rayos, unos pequeños rayos. Y ahora ahora sigo esperando que salga el sol.

El amor me salvó la vida por momentos efímeros, lo admito. Aunque temo que ahora no me salvará de la muerte, y es justo lo que me trajo hasta ella.

Necesito fuerzas, necesito ser fuerte.

Mis miedos siempre me evitaron la vida, jamás me evitaron la muerte. Todo el tiempo que perdi, afligida y sin intentar sanarme, ahora pasa por mi mente como una cinta de video. Cada una de las cosas por las que me encerré en mi habitación, llegan a mi como un reproche por no vivir la vida que se me prestó con tanta gentileza.

Lo pienso, lo pienso una y otra vez. Es difícil, así que busco cada uno de los puntos. Hasta que llegó a uno: merezco otra oportunidad, merezco aprovechar la vida de una mejor manera. Además, aún tengo que cumplir ese propósito. Aún tengo que salvarlos.

Sobreviví muchos días, y lo haré unas vidas más.

Hasta salvarla de las estrellas.

Bajo Un Eclipse Lunar #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora