Capítulo 12

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Un rayo de sol danzaba reflejándose en el rostro de Lauren. Estiró sus brazos sintiendo un cuerpo a su lado y sonrió abriendo los ojos. Todos los recuerdos de la noche anterior volvieron como la lluvia en mayo. Observó a Camila sentada a su lado con un libro en sus manos y unos lentes de leer que había visto en algunas ocaciones. Llevaba una camiseta ancha tapando su cuerpo y su cabello iba recogido en una coleta alta dejando algunos mechones al descuido.

Camila dirigió su atención a ella y sonrió cuando conectaron sus miradas. Cerró el libro y colocó en la mesa de noche que estaba a su lado.

Lauren volteó su cuerpo apoyándose de sus codos y le dio una sonrisa asueñada.

"¿Cómo dormiste?" Preguntó Camila encogiendo una pierna y sosteniéndola con sus brazos. Se veía totalmente relajada y le quedaba hermoso.

"Muy bien, gracias." Respondió extendiendo una mano y acariciando la pierna que le quedaba extendida.

"Tenemos una misión." Lauren levantó una ceja cuestionando sus palabras. "Tenemos que sacarte de aquí sin que Taylor te vea." Lauren volteó sus ojos.

"Taylor debe imaginarse que estoy aquí." Camila asintió.

"Igual me bombardearía con un millón de preguntas que no quiero responder si te ve." Lauren rio suavemente.

"Creo que eso va a suceder de cualquier manera." Camila suspiró rascando su cabello.

"Tienes razón." Lauren se sentó a su lado dejando su cuerpo al descubierto y siguió la mirada de Camila que volvía a perderse en él.

"Siempre tengo la razón, Bichito." Camila volteó sus ojos.

"Pasaste la noche entera teniendo sexo conmigo, el apodo se va." Lauren rio con un poco de burla.

"¿Por qué?" Se acomodó para verla mejor. "¿Ahora me pondrás un millón de reglas solo porque tuvimos sexo?" Camila la observó con incredulidad.

"Muchas cosas cambiaran, el apodo es uno de ellos." Lauren volvió a reír, pero luego la observó.

"Creo que se quedará, Bichito." Camila arrugó su nariz. "Continúa con tu próxima pretición."

"Debes dejarme en paz en la oficina." Lauren volvió a reir.

"Eso es inevitable, me sale natural." Camila levantó su mano señalándola.

"Lo digo en serio." Lauren volteó sus ojos.

"Pero si no he vuelto a molestarte con nada." Camila soltó su pierna y estiró sus brazos.

"El lunes salen las estadísticas de venta del mes." La observó y Lauren no pudo evitar su sonrisa de burla.

"Entonces, ¿admites tu derrota del mes desde ya?" Camila volteó sus ojos poniéndose de pie, Lauren la siguió recogiendo su ropa que estaba perfectamente doblada sobre un otomán que había en una esquina de la habitación. Se vistió y buscó sus tacones para luego recordar que los había dejado en la sala.

Camila abrió la puerta y salieron de la habitación. Taylor estaba sentada en el sofá escribiendo algo en su teléfono con el gato sentado tranquilamente a su lado.

Taylor levantó la mirada a ellas y sonrió levantando una ceja.

"Entonces ya te acostaste con el enemigo." Lauren sonrió y Camila la ignoró recogiendo su ropa que había quedado esparcida frente al sofá.

"¿Te gusta mi táctica, Taylor?" Lauren preguntó observando las mejillas sonrojadas de Camila cuando encontró sus bragas expuestas al mundo.

"Si Felipe se entera elimina a Camila del chat grupal." Taylor sonrió. "¿Y que tal mi amiga en la cama, no te decepcionó?" Camila levantó la cabeza de inmediato.

"Taylor, por Dios." Lauren rio ante su franqueza y le hizo una seña con las manos mostrando un diez.

"No me puedo quejar, no me gruñó ni una sola vez." Camila le pasó sus tacones y Lauren los tomó poniéndoselos de una vez.

El gato bajó del sillón y se paró frente a Lauren, esta lo recogió del suelo y acarició debajo de sus orejas.

"¿Cómo se llama esta preciosura?" Camila le dio una mirada de desprecio.

"Ese traidor se llama Squid." Lauren sonrió.

"Hola Squid." Lo sostuvo por debajo de sus patas anteriores y le miró los ojos verdes muy parecidos a los de ella. "¿Por qué tu madre malhumorada te llama traidor?" El gato maulló moviéndose para ser liberado y Lauren lo colocó nuevamente en el suelo.

"Squid odia a Camila por ninguna razón aparente." Respondió Taylor y Lauren sonrió.

"Te entiendo, amigo." El gato volvió a maullar y salió caminando tranquilamente.

Camila volteó los ojos y caminó a la puerta.

"Creo que llegó la hora de tu partida." Lauren sonrió acercándose a Camila.

"Taylor, un placer ver tu cara a estas horas de la mañana." Taylor sonrió con burla.

"Igualmente, Lauren." Esta hizo un ademán y llegó a Camila.

"Bichito, aunque no lo creas, también fue un placer ver la tuya." Camila la ignoró fijando su mirada al techo.

Lauren aprovechó el momento para molestarla un poco más. Se acercó a ella, la abrazó por la cintura y le dio un beso suave en los labios. Sintió la incomodidad en el cuerpo de Camila y lo profundizó un poco más. Se separó unos segundos más tarde.

"Te escribo luego." Susurró observándola una última vez y guiñándole. Camila sonrió levemente y cerró la puerta detrás de ella.

Lauren suspiró extendiendo sus brazos, su cuerpo se sentía fenomenal. Bajó las escaleras y salió a la calle. Observó a las personas que caminaban alrededor, todos caminaban a paso rápido sin disfrutar de la belleza de día que hacía.

Su celular vibró en su bolsillo y lo sacó viendo el nombre de su madre en la pantalla. Lauren volteó los ojos y aceptó la llamada.

"Lauren."

"Madre."

"¿Cómo estás?" Lauren carraspeó.

"Estoy bien."

"No lo parece, ¿te acabas de despertar?" Lauren volteó los ojos aprovechando que no la podía ver.

"Estoy bien, madre."

"Hmm, tu padre y yo estamos en Nueva York, ¿quieres almorzar con nosotros?" Lauren suspiró porque realmente no quería.

"Claro, madre." Respondió con un poco de sarcasmo.

"Bien, te envío la dirección." Lauren gruñó. "Te espero ahí en unas horas." Colgó el teléfono sin decir adiós y Lauren volteó los ojos. Típico de su madre.

Tenías que ser tú - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora