Fiesta Pasional.

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Los días pasaron tras esos sucesos pasando por la nominacion, prueba del líder (Donde Thiago salió victorioso) y ahora llegando al viernes se acercaba la fiesta lo cual emocionaba a cierta rubia ya que era su mínima chance de tomar un poco de alcohol que tanto le hacía falta en su cuerpo. En la tarde casi noche llegaron sus vestimentas, se basaban en lo erotico y sexual, las mujeres tenían prendas cortas y algunos arneses cosa que a Julieta le encantaba. Por el lado de los hombres era más simple pero los arneses no faltaban, el que no estaba de todo degustado era claramente Marcos quien al ver el arnés principal que debería ir en su pecho se río y se avergonzó un poco, no se pondría eso, no quería nisiquiera sacarse la remera. Alfa y Agustín le reclamaban que lo hiciera de una vez hasta que el más bajo saco su as bajo la manga, Julieta.

- Juli te animas a venir?! - Pregunto el de ojos claros mostrándose por la puerta del cuarto llamando la atención de la rubia quien acudió al lugar.

- Que paso? - Entro al cuarto encontrándose un Marcos totalmente rojo entre risas con los arneses en la mano.

- El primo que no se quiere poner eso ni sacarse la remera. - Exclamó el mayor de la casa, Julieta se limito a reir.

- Dale Marcos, no te cuesta ponerte eso. - Dijo Julieta acercándose.

- Ni en pedo, ya esta dicho. No me voy a poner eso. - Dijo negado el salteño de brazos cruzados, Julieta acudió a su arma secreta y puso un puchero en sus labios. - No, eso no va a funcionar.

- Dale, por favor. - Suplico la rubia.

- Vos decidis, o los brillos o los arneses. - Le dio a elegir el salteño a lo que Julieta tardó unos segundos hasta que lo decidió.

- Disculpen chicos pero los brillos son mi debilidad. - Dijo entre risas la rubia dando la decepción a sus compañeros. - Pero te vas a sacar la remera igual. - Afirmó la rubia.

- Eso no es tanto problema. - Dijo encogiendose de hombros y dejando los arneses a un lado, a los segundos los dos jóvenes quedaron solos.

- Bueno aprovecho ahora ya te pongo los brillos. Espérame acá. - Dijo la rubia a lo que el morocho asintio, ella fue hasta su cuarto agarrando lo necesario para luego volver, para ese momento el salteño ya había extraído su remera solo quedando con un pantalón negro sentando en la cama. - Que lindo que me recibas así. -

- Son cosas que tengo. - Dijo entre risas a lo que la rubia se acercó al salteño pero tomó la decisión de sentarse en sus piernas para mejorar la comodidad, las manos del salteño fueron a los muslos de ella dejando unos mimos, esto le saco una sonrisa a la rubia quien estaba muy ocupada poniendo brillos abajo de los ojos del salteño.

- Cerra un poco los ojos. - Dijo Julieta y el contrario hizo caso, eso facilito el trabajo de la rubia quien ya lo había logrado. - Ya podes abrirlos. - Volvió a hacer caso, no le quedaban mal a la vista de Julieta.

- Como quede? - Pregunto pestañeando repetidas veces sacandole una pequeña risa a la rubia.

- Quedaste divino, hasta mejor que a mi te quedan. - Dijo dandole un pequeño beso en el cachete para levantarse de las piernas del salteño. - Voy a seguir preparándome. - Soltó ahora para salir del cuarto siendo seguida por la vista del salteño quien se levantó y se miró en el espejo notando unos brillos verdes debajo de sus ojos que combinaban bastante bien con los mismos. Estuvo un rato peinandose y retocandose en general por así decirlo frente al espejo y salió del cuarto encontrándose a la mayoría de sus compañeros esperando a que se abra la puerta.

- Y esos brillos Marki? - Pregunto Valentina quien tenía también una vestimenta bastante provocativa.

- Mi estilista hizo un buen trabajo. - Soltó el salteño y Julieta que llegaba no pudo evitar sonreír un poco.

𝓛𝓸 𝓮𝓼𝓽𝓸𝔂 𝓲𝓷𝓽𝓮𝓷𝓽𝓪𝓷𝓭𝓸 - marculiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora