"Arriesgaste tu vida, ¿Qué mierda estabas pensando Yelena?".
La rubia golpea con más fuerza el costal sin protección alguna en sus nudillos provocando que éstos sangren.
"Estaba pensando en ayudar a mi hermana, ¡Ya no soy una niña!".
Las lágrimas de la rubia caían al suelo mezcladas con sudor y algo de sangre.
"Lo sé, pero fué imprudente de tu parte, ¡pudiste haber muerto!".
La rubia saca un arma de la cartuchera en su muslo y dispara toda la ronda de su Beretta.
Yelena.
"Por lo menos con un gracias estoy contenta". Recuerdo mi última charla con Natasha.
"Sestra entiende, no tiene mucho que te liberaron, quiero que vivas muchos años, y que los vivas bien, gracias por salvar mi vida, pero es mejor que te alejes un tiempo de todo esto, de mí. Lo siento Yelena". Fuí testigo de como mi hermana me volvió a abandonar hace cerca de seis meses, casi el mismo tiempo que llevo trabajando para Valentina.
— ¡Oh! Ahí estás querida.— hablando de la reina de Roma. Se acerca Valentina con ésa sonrisa tan tranquila que sólo usa cuando me encomienda una misión o cumplo una con éxito.
Claramente viene por la primera.
— Claramente dije que iba a estar en la sala de entrenamiento.— respondo con simpleza. — ¿Tienes algo para mí?.— pregunto finalmente señalando el folder azul que sostiene contra su pecho.
— Tengo una nueva misión para tí, justamente de las que te gustan, una clienta llamó hace dos días pues necesita tres metros bajo tierra al hombre que se atrevió a tocar a su hija.— me extiende el folder. — Pagó por adelantado así que en éste momento estoy por transferirte tu parte, ahí está toda la información, parece que el mal nacido es su maestro de natación. Yelena querida, disfruta tu cacería.— me dice finalmente para girar sobre sus talones y dejarme sola.
Me voy a mi departamento y me doy un baño con agua fría para relajar mis músculos, una vez limpia salgo únicamente en ropa interior mientras preparo mi traje negro y mis armas, doy una última leída al expediente de ése hijo de perra y me cambio mientras como un poco de la comida china que pasé a comprar antes de venir aquí.
Según el reporte de inteligencia el sujeto tiene 45 años, ha sido profesor de natación desde hace veinte años y desde entonces no había tenido un reporte oficial sobre su conducta, aunque indagando se descubrió que efectivamente es un maldito asqueroso y su error fué meterse con Eva quién no se quedó callada y le contó a su madre lo que el maldito le había hecho.
Termino de comer y me visto, guardo un par de navajas y una pequeña pistola en mi tobillo, enfundo mi arma principal y me coloco mis mordeduras y ya estoy lista para salir lo cuál hago por la escalera de emergencia del edificio.
En el expediente coloca la ubicación de su casa así como un cronograma de sus salidas y llegadas.
Me voy por la hora más exacta que tenía y llego al estacionamiento de la escuela de natación identifico su auto, un Tesla, demasiado fácil de hackear.
Me pongo a trabajar en mi celular para quitar los seguros del auto consiguiendo mi propósito en menos de un minuto.
Subo a la parte trasera del auto y espero a que mi víctima suba.
No han pasado ni cinco minutos cuando escucho la puerta abrirse y escucho la conversación del hombre.
— Nadie te va a creer niña estúpida.— escucho mientras el vehículo arranca.
— No me importa, no tienes pruebas, así que vas a satisfacerme el tiempo que yo quiera y comenzarás por decirle a tu mamá que vas a tomar clases particulares en mi casa.— asqueroso y patético, es una fortuna que tú vida esté por llegar a su fin.
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Eres mi misión
Roman d'amourKate Bishop, brillante estudiante, proveniente de una familia adinerada y heredera de la empresa de seguridad más grande de Nueva York se vuelve envuelta en una situación en la que su vida corre peligro. Yelena Belova, una letal black widow fuera de...