Eres mi misión

12.

T/n.

Salgo de la ducha y comienzo a vestirme con lo que dejaron en el cuarto, yo creí que éste lugar estaría sucio con mucha basura por todos lados pero todo lo contrario, lo único desordenado es el cuarto dónde me tenían amarrada, lo demás está perfectamente limpio.

Aiko entra a la habitación.

- Creí que habías acabado.- dice simplemente mientras me termino de poner la playera y el short en tiempo récord. - No estás de vacaciones.- se acerca y literal me empina encima de la mesita de noche. - Quédate quieta.- me ordena y dejo de luchar. Lleva mis brazos hacia atrás y me esposa.

Me jala del cabello y me obliga a enderezar mi postura.

- Para por favor, haré lo que me pidas pero por favor, olvídate de Kate, te lo juro, por mi puta vida, que ella es la mejor persona que ha pisado éste mundo de mierda, por eso la defendí de Yelena, por eso la estoy defendiendo ante tí.- ni siquiera avisó, y siento su mano impactar mi mejilla.

- ¡Cállate!. Necesito el dinero, y ofrecerán más de lo que necesito por matar a tu amiga, nadie va a detenerme.-

- Tomaré el riesgo entonces.-

Comienza a reír a carcajadas. - ¿Qué?. Oye no te ofendas; pero te recuerdo que no estás en posición de amenazarme.- sin esperar más libero mi mano de las esposas y la golpeo en repetidas ocasiones hasta hacerla retroceder.

La pelea entre nosotras es... Bueno, espero salir con vida de aquí por lo menos.

Unos minutos después ya no consigo golpearla, consigo que me den la putiza de mi vida, siento mis músculos arder. Mi playera que era blanca y ahora está salpicada con mi sangre y la de ella además de que está rota.

Deja de golpear y se derriba encima de mí, ¿Pero qué mierda?.

- Debo admitir; otro poco y si me dejas fuera de combate.- me dice respirando pesadamente. Se apoya en sus codos y me mira a los ojos. - Perdóname, pero no me dejaste otra opción.- me roba un corto beso en los labios y se pone de pie, es una perra aprovechada.

Con mi orgullo y mi cuerpo herido me levanto del suelo, o bueno, lo intento porque vuelvo a caer de rodillas.

Vuelvo a intentarlo y antes de volver a caer me sostiene de la cintura y pasa uno de mis brazos por atrás de su nuca y me lleva al cuarto. Una vez adentro saca unas tijeras del cajón y corta la playera rota.

Muy bien ahora estoy semidesnuda enfrente de una acosadora, cierro mis ojos esperando su siguiente movimiento pero pese a todo pronóstico y todo pensamiento en mi mente se pone enfrente de mí.

- ¿Puedes levantar los brazos?.- asiento y antes de que me lo ordene levanto ambos brazos y ella desliza una playera nueva por mis brazos y cuello. Éso no quita que sus ojos estén posados en mis pechos. - Bien, ya casi acabamos.- toma los bordes y comienza a bajarlos y termina de poner por fin la playera.

Ella toma mis brazos y los baja con delicadeza y yo hipnotizada la miro atenta a cada movimiento.

- Eres realmente hermosa t/n.- me halaga.

- ¿Y tú no te has visto en un espejo?.- respondo el halago y estiro mi mano temerosa hacia el mechón rebelde que le cae en la cara y lo paso detrás de su oreja.

- ¿Piensas que soy hermosa?.- pregunta.

- ¡Puta madre!, Hermosa es una palabra que no alcanza a describir la imagen que tengo de tí.-

- Es lo más estúpido y cursi que jamás me habían dicho.- mi sonrisa se borra al instante. - Pero debo admitir que me gustó mucho y éso es algo nuevo.- traza con sus dedos una sonrisa desde mis labios hasta mis orejas. - Me gusta verte sonreír.- me pongo roja cual tómate y ella lo nota. - Pero sin duda me excito cuando te sonrojas.- aparto mi mirada.