21. Final

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T/n.

- A ver si entendí, fuiste secuestrada y llevada a Tijuana pero Aiko te rescató.-

- Sí papá, si no fuera por ella tal vez estaría en una esquina ahora mismo.-

- ¿Y no pensaste en comunicarte con nosotros?.- pregunta.

- Apá, no podía arriesgarme, mi plan era desaparecer unos meses hasta que las aguas se calmaran y después regresar con un perfil bajo, no tenía en cuenta que nos iban a encontrar ésas personas e iban a intentar atraparme y matar a mi esposa.-

- Es otra de las cosas que aún no proceso hija. Es que crecen tan rápido.- abrazo a mi papá mientras sonrío a mi madre.

-Es que de verdad me enamoré, bastaron unos días, es más ni siquiera lo pensamos pero ambas estuvimos de acuerdo.- mi papá sonríe y mira a Aiko.

- Siempre pensé que terminarías al lado de la joven Bishop.- responde.

- No no no no, ella es mi mejor amiga, una hermana a la cual debo proteger, investigando descubrí que la gente que me secuestró es la misma que quiere matar a Kate, así es que tengo que ir ayudarla, necesito vengar la muerte de nuestra gente.- mi semblante cambia drásticamente, Jeff siempre fué el tío buena onda que siempre quise tener, si de algo estoy segura es de que sus hijos no van a estar solos, si bien todos son mayores menos la niña aún así es deber de nuestra familia velar por su bienestar.

- Enviaré a unos conocidos...-

- No papá, ya no mandes gente, no quiero más muertes, suficiente tuve con las personas que perdí, Jeff, Carolina. No voy a poner en riesgo a más gente, lo haré sola, además la novia de Kate podría acabar fácilmente con vários de ellos. Estaré bien papá.- su rostro no refleja más que preocupación.

- Está bien, pero ve con cuidado hija.- me dice y sonrío.

Me acerco a la cama donde mi esposa descansa, y me mira.

- ¿A qué hora despertó mamá?.- le pregunto.

- Tendrá quince minutos, es un verdadero encanto mi nuera.- puedo notar las mejillas de Aiko bien rojas.

- Lo es mamá, por éso me enamoré de semejante lindota.-

- ¡Amor basta!.- no voy a negarlo, mi esposa es tan linda y algo que me da miedo es sin duda dejarla sola, me encargué de que mis papás la adoren, porque si no sobrevivo quiero que ella se quede en casa y que se ayuden mutuamente a superar mi muerte. No me gusta pensar en ésas cosas pero viendo mi situación actual no puedo evitarlo.

- Es lo que eres mi amor.- guardo silencio un momento. - Necesito ir con Kate, vas a estar bien mi amor.- le doy un beso en los labios que sabe más a despedida.

Ella me abraza.

- Ten mucho cuidado por favor, vé a mi apartamento, equipate bien.- me susurra.
- Te amo.- la beso nuevamente.

- Voy a estar bien, te amo Aiko.- me separo de ella y mi madre me detiene.

- Llévate mi moto, está en el estacionamiento junto al camaro de tu papá.- me entrega las llaves de su moto y me dirijo al estacionamiento.

En el camino le llamo a Kate, ya debe estar despierta, son cerca de las diez de la mañana.

- Contesta por favor.- hablo conmigo misma mientras quito los seguros de la motocicleta de mi madre que... ¡vaya motocicleta!, siempre quise manejarla pero nunca me dejaron, es una Kawasaki ninja H2 uff, chulada, pero no te desconcentres t/n.

- ¿Diga?.- está mujer es bien floja, su voz se escucha adormilada.

- Kate, soy t/n, necesito que me digas si estás bien.- enciendo la moto y justo como me imaginé, éste motor está bien finito, doy un aceleron nomás porque sí, y es una nueva manera de excitarme.

Eres mi misión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora