Cap 14: El relámpago cae dos veces

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Las cámaras subterráneas son frías. Más frías que cualquier prisión secreta en el interior, pero Marco apenas lo siente porque la escena frente a él le quita toda su atención.

Jean cierra la puerta detrás, él y Mikasa se quedan obedientemente atrás, dándole a Marco suficiente espacio para digerir lo que hay dentro de la habitación y la razón por la que hace tanto frío.

Marcos se queda boquiabierto y sólo puede pasar su mano sobre el cristal helado entre él y...

... una Annie inconsciente, que no responde y está totalmente herida. Ella tiene heridas abiertas y cicatrices en su rostro que no estaban allí la última vez que se vieron. Algunas cicatrices profundas debajo de sus ojos también.

—Im... Imposible...— Marco jadea. Inmediatamente retira su mano como si el frío lo quemara. Mira los rostros de Jean y Mikasa de inmediato, con la esperanza de encontrar algún rastro de broma en sus rostros, que eran literal e hipotéticamente más oscuros que nunca. —¿Esta es... esta es realmente Annie?

Jean se muerde la lengua. Es Mikasa quien escupe la verdad como si estuviera informando sobre el clima. —Sí, y ella junto con Reiner mataron a todo el escuadrón de Hange sin sudar— dice Mikasa con simpleza; —Y ella está así porque tenía miedo de que el escuadrón de Levi la matara— ella cruza los brazos sobre su pecho. —No hay otra razón por la que ella esté así.

Marco se muerde el labio. Vuelve a mirar el cristal. —No puedo creer esto-.

Le da la espalda al cristal y se encuentra con los ojos sin emociones de sus amigos. —¿Cómo pueden- cómo pueden estar tan calmados con esto? ¡¿Es Annie?! ¿Qué más? ¿Vas a decirme que conocemos al pícaro o al acorazado o al colosal?

Jean cruza los brazos sobre el pecho con un profundo suspiro.

—Eren. Reiner. Y el último que no conocemos— Mikasa responde por él; —Y es por eso que necesitamos tu ayuda. Si no usamos a Annie para probar algo, usarán a Eren o Ymir para hacerlo.

Mikasa se acerca, su mirada de muerte viendo directamente al alma de Marco. —¿Entiendes esto Marco? Van a matar a alguno. O es Annie quien mató a cientos o Eren quien estuvo a nuestro lado todo este tiempo.

Marco da un paso atrás, sus ojos están muy abiertos y el sudor nervioso se acumula en su piel a pesar del frío. —¡¿Hay alguien que no sea un titán en nuestra tropa?!— Marco espeta enojado; —Tú- ¡tú también puedes ser uno! ¿No eran tú y Eren-.

Jean da un paso adelante. —Puedes confiar en sus palabras. Puedes confiar en las mías— Jean dice, parándose entre Marco y Mikasa, mirándola y rogándole que se calme antes de volver a mirar a Marco; —Sé que todo esto es repentino y es mucho pedir, pero...— Jean respira hondo. —Necesitamos que informe cualquier mal que haya hecho lo suficientemente malo como para que la despidan de la Policía Militar.

La cara de Marco se desmorona. —Entonces, ¿dejarían que se la comieran?

—¡Exactamente sí!— Mikasa grita; —¡Si es la vida de Eren lo que estoy salvando, dejaré que esa perra sea devorada diez veces!

Marco abrió mucho los ojos. —Jean esto...— cierra los ojos y respira hondo; —¿Por qué los de la legión simplemente no... lo hacen? No es como si la policía militar la estuviera buscando, no importa cuánto yo persista.

Jean se frota la nuca. —Yo... no tengo idea de cómo funciona el cerebro del comandante, pero sé esto: si hacemos que despidan a Annie, salvaremos a Eren e Ymir. Ambos. De la sospecha o, peor aún, que nos maten.

Marco se frota un lado de la cara. —Debería informar esto... Debería decirles que la tienen aquí así.

—Pero no lo harás— Mikasa gruñe.

A Deal With The DevilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora