Narra Cheryl
Por fin habían terminado el mantenimiento de mi auto, de modo que ahora tenía que llevar a Isabella a un encuentro de básquet en su escuela, la mañana del sábado. Cuando se instaló en el asiento del acompañante, llevaba una gorra cubriendole toda la cabeza, la observé y de pronto pensé en Heather. Si la enfermedad había afectado a Heather, podía afectar a cualquiera... incluso a Isabella. Parecía que ya no podría continuar mirando el mundo sin verlo a través del cristal oscuro de su enfermedad. Si eso era difícil para todos nosotros, ¿cómo se las arreglaba Heather para afrontar el paso del tiempo?
En el camino nos detuvimos en McDonald's.
- Isabella: ¿Crees que mamá y papá un día morirán? -preguntó entre sorbos de su batido de chocolate.
- Desde el punto de vista estadístico, es bastante probable -dije con acento de indiferencia.
Examinó su pajita, frunciendo el ceño.
- Pero no en poco tiempo, Isabella. Quizás dentro de medio siglo, ¿entiendes?
- Isabella: Las cosas no siempre son así.
- No. Pero generalmente sí son así - Comprendí que estaba reflexionando en el asunto y que manipulaba la pregunta como si hubiese sido una lastimadura dolorosa. Me parecía una niña tan confiada e ingenua. A su edad, ¿yo había pensado en esas cosas?
- Es difícil, ¿verdad? -observé- Heather y todo el problema.
Asintió mientras masticaba una papita frita.
- ¿Qué estás pensando? -pregunté.
- Isabella: Qué edad tendré dentro de medio siglo. Sesenta años. -Pareció aliviada -Sesenta. Verdaderamente anciana.
Sonreí.
- Anciana. De hecho, petrificada.
- Isabella: Entonces está bien -dijo y se le iluminó el rostro. Me entregó una papita y quién sabe por qué yo también me sentí un poco mejor.
Habíamos pasado el cartel que anunciaba una de esas miniferias con cocodrilos grisáceos y acróbatas un poco fatigados, cuando Isabella señaló una figura que cabalgaba adelante y que se movía con cierta torpeza al costado del camino.
- Isabella: Seguramente es uno de esos espectáculos de la miniferia -dijo.
- No debería estar aquí, con este tránsito.
- Isabella: Tiene un loro en la cabeza. ¿Quién otro puede ser?
Frené el auto. Adelante, otros vehículos también aminoraron la marcha y contemplaron la figura menuda sobre el caballo viejo, mientras éste y el jinete continuaban avanzando por la carretera.
- Isabella: Y lo acompañan varios perros -continuó.
Un patrullero policial que estaba adelante se acercó al jinete.
- Isabella: ¿Crees que lo arrestarán? -preguntó. -En realidad, en este país no es delito tener un aspecto muy extraño, ¿verdad? Pobre viejo, parece que está perdido.
- Está perdido -Entré por el carril más próximo al hombre del loro sobre la cabeza.
- Isabella: ¿Por qué nos detenemos? Llegaré tarde.
- El hombre del caballo. Puede decirse que es mi amigo.
Estacioné el auto. Los policías ya estaban acercándose a Morgan y agitando los brazos.
- Isabella: ¿Conoces a este tipo?- preguntó.
- Sí. -Suspiré y retiré las llaves del encendido. -Cierta vez los dos fuimos a Las Vegas.
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Las dos queremos a Toni
Teen FictionAntoinette Topaz o Toni como todos la llaman es simpática y seductora.. su cara y físico espléndidos y sus ojos inteligentes atraen las miradas de todas las chicas. Cheryl Blossom se enamoró de ella sin remedio y cuando comprendió que ella también l...