Capítulo 18: "El plan"

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Narra Cheryl

El jueves Heather regresó a clases y se comportó como si nada hubiese sucedido, como si se hubiese desmayado sólo con el propósito de llamar la atención. Pasamos la hora del almuerzo en la biblioteca y yo la ayudé a recuperar parte de las lecciones y el tiempo perdido.

- ¿Qué te dijo ayer el médico? - murmuré.

Heather apartó los ojos de su anotador.

- Heather: Ya sabes como son los médicos. En realidad no dicen nada -Se ajustó el pañuelo. -Él y mi mamá hablaron mucho. Creo que llegaron a la conclusión de que yo asistiría a clases sin importarme lo que ellos dijesen, de modo que más valía que se callaran la boca y me permitiesen venir.

- ¿Hasta cuándo te darán rayos?

- Heather: Probablemente una semana más... Tres veces.

- Eso es bueno, ¿verdad? Así no te fatigarás tanto.

- Heather: Sí, las radiaciones me cansan un poco. Y además no sentiré náuseas ni nada por el estilo. -Se abrió la puerta de vidrio de la biblioteca, me dio un codazo e instantáneamente cambió el rumbo de la conversación. -¡Es Toni! Oh, y yo estoy con mi pañuelo verde. Hubiese traído algo más presentable.

Toni atravesó el salón, explorando con la mirada los estantes de los libros. Bajo la mesa, en efecto, crucé los dedos.

Heather extrajo de su mochila su maquillaje y lo abrió bruscamente.

- Heather: Mira, no sé nada de ella desde que salí del hospital. Supongo que la asusté un poco.

- No se la ve mucho -dije.

- Heather: No, es la experiencia del hospital. Y eso que yo tenía puesto el camisón más sexy, con mucho escote y adorno de flores - Cerró su maquillaje con un suspiro -Tendría que llamarla. No. Pensará que estoy desesperada. Pero por otra parte, es cierto estoy desesperada.

- No, no es así.

- Heather: Sí, es así. No tengo pelo. La falta de cabello equivale a la desesperación.

Toni caminó detrás de Heather y encontró mi mirada. Me dirigió un gesto frenético, como un animal acorralado. Desvíe la mirada. No estaba dispuesta a permitir que este plan se echase a perder si Heather nos sorprendía.

- Está mirando hacia aquí -dije.

Clavó los ojos en su libro de física.

- Heather: Eso significa que está mirándote.

- Mirando mi cara o tu trasero...

Medio emitió una risa y después trato de controlarse.

- Heather: Tu cara es tan hermosa como mi trasero -me aseguró - ¿Está acercándose?

- Sí. Se la ve un poco perdida. Como buscando algo o a alguien.

- Heather: ¿Buscando a alguien?, ¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío! Por favor-murmuró- Escúchame. Estoy hablando a una deidad en la cual ni siquiera creo.

Le pegué suavemente con el pie. Toni se acercaba.

- Creo que tienes que resolver todas las preguntas que están al final del capítulo siete -dije en voz baja.

- Toni: Señoritas -dijo, mientras acercaba una silla -ustedes están en posesión de contrabando, que tiene la forma de unos sándwiches con elevado contenido graso.

- Heather: Eh, es la primera vez que cometemos un delito - comentó siguiendole el juego.

- Toni: Pueden comprar mi silencio si me dan uno -dijo. Me miró durante una fracción de segundo - O pueden salir conmigo mañana por la noche.

A Heather se le pusieron las mejillas rojas.

- Heather: Presionas demasiado. Espero no anotes esto en mi prontuario permanente.

Toni metió las manos en los bolsillos de su chaqueta y se encogió de hombros.

- Toni: Sé dónde viven. Bien... ya veremos. Continúen devorando esos bocados. ¿Saben que tengo una motocicleta?

- Heather: No veo el momento de decírselo a mi madre.

- No olvides el segundo casco -dije, e instantáneamente me arrepentí.

- Heather: ¿Cómo sabes que tiene otro casco? -preguntó.

Los bordes de los labios de Toni se curvaron levemente. Sabía lo que eso significaba... "Te dije que esto no funcionaría".

- Esa vez en Thornhill, cuando ella casi se mató... ¿Recuerdas que te hablé del asunto? Tenía otro casco. Lo encontré entre los arbustos.

Retribuí la sonrisa de Toni. Se puso de pie bruscamente.

- Toni: Te veré mañana por la noche -dijo a Heather.

- Heather: Antes.

- Toni: ¿Qué?

- Heather: Oh sí. En la clase de francés.

Cuando salió, me rozó el hombro con el brazo. No fue un contacto importante, ni un roce demasiado sensible; pero respondiendo al instinto me aparté.

Heather la vio irse y me pareció que su actitud era perfectamente serena. Pero apenas ella desapareció de nuestra vista mi amiga elevó el puño en el aire.

- Heather: ¡Sí! -exclamó - Realmente notable. ¿No es cierto que tiene unos ojos que te invitan a lanzarte en ellos de cabeza?

- Unos ojos excelentes.

- Heather: Y esos labios carnosos -suspiró. -Ah y su nariz perfectamente esculpida.

- Excelente rasgos faciales.

La vi estática. Sentí una gran oleada de poder, como cualquier casamentera eficaz, pero era más que eso. Me sentí posesivamente generosa. Casi como lo había dicho Toni, me sentí noble.

- Heather: Oh, estoy idiotizada ¿verdad?

- Heather, esa chica es espléndida. Es dulce. Te envío flores. Y saldrás con ella. ¿Por qué no puedes estar idiotizada?

- Heather: ¿Por qué piensas que es dulce?

- Soy una excelente jueza del carácter.

- Heather: Pero yo no.

- Seguramente tú también.

- Heather: ¿Recuerdas la última chica que me interesó? ¿Keyla? ¿Alta? Tan alta que debía ser perfecta para mí? ¿Recuerdas que salimos a almorzar afuera? ¿Y que dijo que tenía que compartir algo conmigo? ¿Recuerdas lo que compartió?

- Sí, Heather, lo recuerdo.

- Heather: Dilo.

- No, no lo diré.

- Heather: Dilo. -Insistió.

- No lo recuerdo.

- Heather: Resoplaba sexo por todos los poros, ¿no es verdad, Cher?

Hice todo lo posible para evitar una sonrisa.
Heather inclinó la cabeza sobre la mesa.

- Heather: Oh, Dios mío, ¿y si ella es otra Keyla, que sólo quiere tener sexo conmigo?

- No lo es -dije con absoluta firmeza.

- Heather: ¿Y si no le gusto?

- Le gustarás -dije, pero para mayor seguridad crucé de nuevo los dedos.

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Las dos queremos a ToniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora