Capítulo 12 : "Bienvenida"

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Narra Cheryl

Decidí organizar una no-fiesta de bienvenida para Heather. Una no-fiesta porque su tía sostenía que sus amigos no debíamos fatigarla demasiado.
Heather debía llegar el martes por la tarde. Después de clases, un grupo de compañeros fuimos a su casa, cargados con globos y distintas cosas para una "fiesta". Yo había invitado a Toni. Me contestó que tenía que consultar con Morgan y después vería.
Me pareció que era un modo natural de sumarla al grupo; a lo sumo sería una entre muchos, una amiga no muy íntima.

Alguien puso la música a todo volumen y nos hizo disipar los sentimientos de ansiedad acerca de lo que diríamos a Heather y cómo se lo diríamos. Rosa revoloteaba en un rincón como una sombra nerviosa.

- Verónica: Rosa, ¿te gustan los globos? -preguntó, una de nuestras amigas, también porrista.

- Rosa: Muy hermoso, sí -dijo no muy convencida. Leyó los textos: RECUPÉRATE PRONTO, BIENVENIDA.

- Nada salió totalmente bien -expliqué, mientras ataba un globo a una silla.

- Rosa: Sí -dijo, los ojos negros fijos en el movimiento de los jóvenes.

- Betty: Sombreros para todos -agregó, prima mía y amiga nuestra también.

Steve, compañero de Heather en el curso de física, un muchacho de la variedad pecosa, sincera y platónica, colgó unos globos.

- Steve: Contemplé la posibilidad de afeitarme la cabeza -dijo, mientras recibía de Betty un sombrero de papel -Ya saben, en solidaridad con Heather.

- Betty: Oí decir que alguna gente hace esas cosas.

- Heather creerá que estás completamente loco -afirmé.

- Verónica: De veras -dijo. -Se moriría si nosotros... -se interrumpió bruscamente, desconcertada. -Quise decir...

Quién sabe por qué, todos volvimos los ojos hacia Rosa, que salió bruscamente de la habitación.

- Está bien, Vero -dije. -Afrontemos la realidad. Es probable que digamos y hagamos cosas estúpidas. Heather es inteligente. Comprenderá.

- Betty: Oh, tengo tanto miedo de echar a perder las cosas. Quisiera que ella se sienta cómoda.

- Bien, eso no sucederá si nos comportamos con naturalidad -señalé, mientras me dirigía a abrir la puerta.

Me sorprendió ver a Toni de pie en el umbral, el casco bajo el brazo. Tenía un puñado de margaritas amarillas envueltas en un pedazo de papel de diario.

- Toni: Para Heather -explicó - Tenemos un campo con muchas flores detrás de nuestra casa.

- Adelante. -Dije. Cuando entendí las manos hacia las flores, nos tocamos los dedos. Una calidez tierna y estremecida me recorrió la columna vertebral. Pensé que era extraño que el contacto más breve pudiese desencadenar tanta magia.

La lleve a la sala.

- ¿Todos ustedes -dije, con mi voz un poco más aguda que de costumbre -conocen a Toni?

Esta vez todas las miradas se concentraron en mí. Las expresiones fueron entre sorpresa y shock.

- Ésta es Verónica, y Betty... Bien, ya puedes imaginarte el resto -dije. -Pondré las flores en un poco de agua.

Dejé indefensa a Toni, y llevé las flores a la cocina. Verónica se apresuró a abandonar el grupo para hablarme.

- Verónica: ¿Cómo la conoces? -preguntó.

Las dos queremos a ToniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora