Capítulo 23: "Sábado lluvioso. Parte II"

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Fue directamente a ver a Morgan, que no despertó.

- Toni: Lo siento- nos dijo-. Mi jefe no me permitió salir antes. Lo intenté, pero... ¿Él está bien?

- Muy bien -dije-. Creo que se divirtió mucho.

- Toni: ¿Qué sucedió en la estación de policía?

- Morgan fue al baño. Ése fue más o menos el momento más importante.

- Toni: ¿No hubo multa o algo por el estilo?

- No. Creo que ven muchos casos parecidos.

Toni frunció el ceño.

- Se comportó realmente bien, ¿no es verdad, Jane? Estuvo mirando televisión. Pareció que realmente entendía.

- Toni: Tendría que deshacerme de ese maldito caballo. Ahí está el problema- se apoyó en la pared.

- Jane: Toni - le acarició afectuosamente su cabello húmedo. -El caballo no es el problema.

- Toni: Y a propósito, ¿dónde está Clementina?- preguntó.

- La traje de vuelta a casa -dije-. Está bien atendida.

- Toni: No me extraña que estés empapada. - Se paseó de un extremo a otro, una tarea bastante difícil en vista del poco espacio que había.- ¿De modo que tu auto todavía está en la estación de policía?

Asentí mientras bebía mi té. El nerviosismo de Toni colmaba el lugar, de modo que uno sentía que Toni y no la lluvia ni el viento eran la causa de que ese lugar temblara.

- Toni: Puedo llevarte en la motocicleta.

- Jane: Espera a que disminuya un poco la lluvia-dijo.- Toni, no debes usar esa cosa con este tiempo.

Me encogí de hombros.

- No importa. Ya estoy toda mojada.

- Toni: Tengo que traer algunas cosas en el camino de regreso- dijo a Jane-. ¿Qué puedo traerte?

Jane frunció el ceño.

- Jane: Eres una joven muy obstinada. Bien, un litro de leche, si insistes en ir. Me quedaré aquí acompañando al Llanero Solitario hasta que regreses.

- Toni: Gracias, Jane. -le dio un beso breve y tímido en la mejilla, ella sonrió complacida.

Viajamos bajo la lluvia en silencio. Cuando llegamos a la estación de policía, yo estaba temblando a pesar de que la temperatura era bastante cálida. Baje de la motocicleta y entregué mi casco a Toni.

- ¿Tienes un minuto?- pregunté.

- Toni: Te debo mucho más que eso.

Con un gesto indiqué mi auto y Toni me siguió.

Subimos al auto. Era un alivio estar a salvo de la lluvia, a pesar de que nos habíamos empapado. Encendí el motor y prendí la calefacción.

- ¿Por qué no me dijiste nada del asunto del colegio?- pregunté-. ¿A Heather o a mí?

Se encogió de hombros.

- Toni: Sucedió anteayer.  Y de todos modos, no deseaba escuchar más reclamos. Ya escuché todo lo que puedo soportar.

- ¿Cómo es eso?

- Toni: Llamaron a mi madre y le dijeron lo que estaba sucediendo, aunque ella ya sabía todo eso. De modo que me llama y me dice lo que piensa realmente. Cree que ya es hora de abandonar todo el plan, que sería mejor para Morgan y para mí que lo llevaramos a un hogar para ancianos, por mucho que detesta dar ese paso.

Las dos queremos a ToniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora