DH|| 🔥🏹
Sage Sinclair firmó su sentencia de muerte cuando se convirtió en la vencedora de los juegos 69°.
Ser mentora no era algo que ella deseara, tampoco ver morir año con año a sus tributos.
En los juegos 74° la esperanza llegó tocando la puer...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPITOLIO
Sage despertó encontrando el lado de la cama vacío. Probablemente Genya se había ido a desayunar o estaría charlando con Haymitch, o incluso haciendo milagros para que no estuviera ebrio y actuara un tanto sobrio ante las cámaras.
Sinclair se levantó para darse una ducha, estaban por llegar al Capitolio y por más que deseara no tener que dar un espectáculo, los demás querían ver eso.
Salió de su habitación con la ropa que Genya la había elegido. Al llegar junto a los demás descubrió que Genya ya estaba allí como pensaba, al igual que Haymitch quien parecía darle consejos a Peeta.
— Buenos días — saludó Sage acercándose.
Tomó asiento en la silla al lado de Genya.
— Buenos dias, Sage — respondió Peeta de forma amable.
— ¿De qué hablan?
— Peeta le está pidiendo consejos a Haymitch de como no morir en la arena, pero esto es peor que intentar comer el helado con un tenedor — comentó Genya mirando de reojo a ambos hombres.
— ¿Cómo comes helado con un tenedor? — preguntó Sage completamente confundida.
— Con bastante dificultada, cielito — le respondió Genya guiñándole un ojo.
Peeta hizo una pregunta sobre cómo sobrevivir. La puerta se abrió nuevamente revelando a Katniss, Sage la miró supo que era ella quien estaba viendo anoche las viejas grabaciones de los juegos pasados.
— Primero morirías congelado — negó Haymitch.
— No, antes haría una fogata — dijo Peeta.
— No, así es fácil que te asesinen — informó Haymitch.
— Busca una cueva — hablo Sage. — Intenta recolectar hojas y busca una cueva.
— ¿Cómo es fácil que te asesinen? — preguntó Katniss cerca de ello.
Sage le hizo una seña para invitarla a que se sentara. Everdeen estaba por negarse.
— Llegarán pronto al Capitolio, les sugiero que coman algo aunque no les parezca la mejor cosa del mundo — Sage la miró. — Deben reponer energía antes de entrar en la jaula de los lobos.
Katniss tomó asiento en la silla de la cabecera.
— Hola — la saludó Haymitch. — Será mejor que te nos unas, le estaba dando al chico consejos de supervivencia.
— ¿Cómo que?
— Le preguntaba sombre cómo encontrar refugio — comentó Peeta.
— Lo cuál sería muy útil si de verdad siguieran con vida — hablo Haymitch untando mermelada en un pan.
Sage y Genya permanecían en silencio escuchando con atención los consejos de Haymitch. A Sage le gustaba interrumpirlo o llevarle la contraria, pero al final de los dos, Haymitch tenía más experiencia como mentor que ella.
— ¿Cómo se encuentra un refugio?
— ¿Me das la mermelada? — pidió Haymitch.
— Haymitch — lo retó Sage.
— ¿Cómo se encuentra un refugio? — repitió Katniss.
— Al menos deja que este despierto, cariño — se quejo Haymitch. — La pelirroja de aquí me saco de la cama en contra de mi voluntad, pensé que sería algo más divertido, pero me engañó. Ser mentor es muy... agotador y difícil.
Haymitch sacó de su bata una botella de licor que cargaba consigo poniendo la mitad en el café que tenía en la taza a su lado.
Sage vio como Katniss levantó el cuchillo encajandolo en la mesa cerca de donde estaba la mano de Haymitch.
— Eso si es un espectáculo — habló Genya sonriendo.
— Eso es caoba, niña — la reprendió Effie Trinket.
— Oh vamos Effie — se quejó Genya. — El Capitolio ya les ha quitado lo suficiente como para quejarnos por la madera que ellos mismos quitan de los árboles que necesitamos, si Katniss solo quiere regresarles un poco de su amabilidad con esta mesa, no me opondría.
— Mírate — hablo el rubio. — Mataste un pequeño mantel.
— Haymitch — Sage se levantó de su silla. — Solo responde las preguntas, más tarde podrás embriagarte hasta olvidar tu nombre, pero ellos necesitan respuestas.
Genya obligó a Sage sentarse de nuevo, era lo mismo año con año. Haymitch jugando con los tributos, Sage siendo quien terminaba dándoles consejos y hacía las promesas que nunca terminaban por concretarse.
— ¿En serio quieren saber cómo sobrevivir? — les pregunto Haymitch. — Hagan que el público los quiera. ¿No es lo que esperabas? Cuando empiece la competencia y tengan hambre o frió, un poco de agua, un cuchillo o incluso unos fósforos hacen la diferente ente vivir o morir, pregúntenle a Sage. Y esas cosas provienen de los patrocinadores y si quieren patrocinadores tienen que gustarle al público. Y ahora, cielito, no estás teniendo un buen inicio ¿o si? — Haymitch mordió el pan.
— Allí está — dijo Peeta levantándose de su silla.
Sage siguió con la mirada a Peeta quien corrió hacia la ventana donde se podía ver el Capitolio, ya habían llegado.
Tal vez la edificación era hermosa, siempre lo vio así, pero el terror que se vive del otro lado no era su mejor sensación.
Sage se acomodó en su silla sabiendo lo que llegar al Capitolio significaba. Quería volver a ver a Finnick, pero no le gustaban las fiestas que Snow daba con los vencedores.
Recordaba la primera fiesta a donde la obligaron a ir, recordaba como Finnick intentó sacarla hasta que Snow llegó a su lado presentándole a un hombre.
Fue el inicio de sus pesadillas.
Los ojos de Sage volvieron a la realidad al escuchar las gritos del público, Peeta seguía pegado a la ventana saludando a los pobladores del Capitolio quienes no dejaban de gritar.
— Creo que necesitará esto — Sage le pasó un cuchillo. — Él ya los consiguió, pero tal vez ellos necesitan una demostración.
Katniss miró a Sage y el cuchillo en la mano de su mentora, los ojos de Katniss cayeron en una cicatriz en la muñeca de la contraria, Sage se dio cuenta y retiró la mano.
Se puso de pie disculpándose para retirarse, no estaba preparada, nunca lo estaba, el Capitolio no le traía buenos recuerdos y las pesadillas eran más contantes con tan sólo estar allí.