DH|| 🔥🏹
Sage Sinclair firmó su sentencia de muerte cuando se convirtió en la vencedora de los juegos 69°.
Ser mentora no era algo que ella deseara, tampoco ver morir año con año a sus tributos.
En los juegos 74° la esperanza llegó tocando la puer...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
TORMENTAS DEL PASADO
Sage despertó sin preguntarse qué hora era, probablemente ni Katniss ni Peeta seguían allí. Ya estaban junto a los demás tributos en el lugar de entrenamiento.
Donde todos se volverían un caos en un parpadeo. Ella lo experimentó y tenía una gran cicatriz en su brazo que lo confirmaba.
— Buenos días señorita durmiente — se burló Haymitch al verla
— Por favor cállate — pidió Sage al verlo llegar. — No estoy para aguantar tus tonterías.
Sage cubrió sus ojos con unas gafas, a pesar de que no las necesitaba eran un lindo accesorio que le recordaban a su pasado.
La mentora desayunaba mientras Haymitch la acompañaba en silencio. Ninguno hablaba se limitaban al ruido de los cubiertos.
Sage se estiró para tomar la sal, la bufanda que cubría su cuello resbaló haciendo que Haymitch notara las marcas que este tenía.
Abernathy golpeó la mesa causando que Sinclair brincara del susto. — ¿Fue él verdad? — pregunto Haymitch. — ¿Fue ese tonto de Crane?
— Haymitch, me hizo una promesa.
— ¿Qué prometió esta vez? — se burló Haymitch. — ¿Qué va a salvar a nuestros tributos? Por favor Sage, te lleva prometiendo lo mismo todos los años y siempre regresamos con cuerpos para enterrar.
Sage se mordió el labio, Haymitch no mentía, cada año era la misma promesa y cada año tenía que ocultar las mismas heridas que le hacía en el cuello.
— Tengo fe que este año será diferente, pero por favor Haymitch no hagas nada — suplico Sage.
El mentor se acercó a ella tomándola de las manos, vio una lágrima resbalar de su mejilla, la limpió con su pulgar.
— No eres una mala persona. — comenzó Haymitch. — Eres una buena persona a quien le han pasado cosas malas ¿está claro, Sage?
Sage abrazó a Haymitch, podrían ser como perros y gatos, pero al final del día eran familia, la única que les quedaba.
— Ojalá algún día dejes de culparte de su muerte — susurro Haymitch.
— Tal vez el día que pueda vengar su muerte, Haymitch— respondió Sage volviendo su vista a la comida en su plato.
Sage recordó a aquel niño de mejillas con pecas y una sonrisa encantadora. El tributo que fue mencionado con ella, el niño a quien no pudo salvar.
