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Se me había escapado una lágrima al estar durmiendo de lado, pero no miento que las que se escaparon después de esa no tenían nada que ver con la posición en la que dormía. Estaba mal, me dolía el pecho. No emití sonido en ningún momento, pero el chico que tenía debajo parecía conocerme mejor que yo misma.

—¿Estás llorando Ehla? —me preguntó.

—No que va, es solo que estar de lado se me ruedan lágrimas.

Apreté los ojos por la respuesta tan estúpida que le había dado, era obvio que le sabía que le estaba mintiendo. Pasé la palma de mi mano por mi rostro para ocultar las lágrimas.

—Entonces si estas llorando.

Gruñí moviéndome para mirarle directo a los ojos. Kang tenía la vista en el techo, una de sus manos estaba bajo su cabeza y la otra en mi espalda baja, él bajó la vista para observarme.

—Te dije que no —solté algo irritada.
Sus ojos se abrieron un poco.

—¿Qué? —le pregunté.

No tuve respuesta seguía mirándome raro. Me sentí incómoda por lo que cambie mi vista a su pecho.

—Kang —me asusté—, tienes gotas de sangre en tu pullover, estás sangrando.

—No —respondió tranquilo—, estás sangrando tú.

Mis sentidos se dispararon, ¿estaba sangrando? ¿Tenía una herida?  Me miré las manos pero no tenía rastro de alguna herida.

—Estas llorando sangre.

Rápidamente volví a mirar mis brazos, me fijé en el suéter que llevaba, la manga tenía una leve gota de sangre que se entremezcla con agua, debió ser de cuando me pasé la mano por el rostro. ¿Sa... sangre? ¿Pero cómo era posible? Respiré para calmarme, me levanté lentamente de pecho de Kang, estirando mi mano alcancé las toallitas y limpié mi rostro.

No era mucha, me estaba calmando poco a poco del hecho de que eso saliese de mis ojos. Miré a Kang con cautela antes de volver a recostarme en su pecho, aunque luego me levanté rápidamente justo cuando él puso la mano en mi espalda baja.

—Esa mano —él no pareció entender— ¿no debería haber un yeso ahí?

Comenzó a mirar a otro lado, ese gesto que hacemos cuando estamos pensando y luego volvió la vista a mi con un suspiro.

—Es que me molestaba para dormir y me lo quité.

—¿O sea que yo, yo estuve haciendo de esclava para que no tuvieses nada? —pregunté molesta.

—¡Tendré el yeso diecisiete días! —se quejó—, además yo no te obligué.

—Mira Kang...

—Hora de dormir —me cortó.

Kang giró debajo de mi para quedar ambos de lado en la cama, uno de sus manos estaba bajo mi cabeza, la otra en mi cintura pegándome a él. Metió su cabeza en el hueco de mi cuello y sentía su cálida respiración junto al frío de su cuerpo.

—Que sepas Kang que yo no he terminado mi drama.

No me contestó, ¿se durmió ya? Pasaron unos minutos Kang no se movía, respiraba, estaba vivo, solo que dormido.

Mi personaje de Wattpad✔️ [libro #1] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora