44-FIN-

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Había llevado a mi hermano a la escuela temprano en la mañana justo a tiempo para sus clases y también para las mías. Dibujo siempre fue mi materia favorita y ahora no sé si me estaba aburriendo en ella o solo quería que llegase la noche para solucionar cada uno de mis problemas.

Cuando salí de la clase para el horario de almuerzo no pude evitar sonreír como tonta recordando el drama de Kang solo porque le llamé «Mi Spiderman personal». Al parecer se sintió ofendido, lucía tan tierno enojado que bobo que era. Removí la comida en la bandeja con el tenedor y tratando de ser disimulada la puse para las orillas así parecía que había comida algo, verdaderamente la comida de aquí era un asco pero había gente como yo que necesitaba ingresos. Cosas de querer ser independiente.

Con todas las ganas retenidas agarré mi libro de cálculo contra mi pecho y salí casi corriendo por los pasillos de la escuela hacia la salida. Y la verdad cuando uno cree que ya se puede declarar libre te rompen las esperanzas. Bufé cuando sentí que mi teléfono sonaba entre los bolsillos de mi chaqueta de mezclilla.
Sin mirar la pantalla contesté a la llamada.

—¿Si?

—¿Si? ¿En serio? —resopló Michel indignado trás la línea—. No sé un «oh gran Michel, no os veo desde la semana pasada».

—No diré eso.

—Lo sé. Solo me imaginaba lo lindo que sería que me tuvieses respeto. ¿Ya vienes?

—Estoy en camino, pero me has molestado, voy a cortar —aviso.

Ni siquiera dejo que termine la frase y se que cuando llegue al trabajo no dejará de repetirme que no debo cortar las llamadas de mis mayores sin una despedida cordial. Algunas partes de la personalidad de Michel habían envejecido antes de tiempo. Entré en el bus con algo de dificultad. Y es que yo no era la única que salía de la facultad con hambre, sed, cansancio y ganas de alejarme de aquí. Había un buen número de pobres estudiantes que como yo tenían que luchar por subir a ese bus y no ser de los que se quedaban ahí hasta las tantas.

Al final mi intento de no ser una de esos que se quedaba hasta las tantas funcionó. Casi doy saltos de alegría parece que hoy la suerte me sonreía, y vaya que hacía tiempo que la suerte no visitaba mi bendita puerta, ya había creído que se había olvidado de mi igual que cupido  Puse la mano en mi boca para ocultar mi bostezo. Casi doy un respingo cuando el casi treintañero se posicionaba a la entrada de «Ella y paleta» con el pelo verde musgo, los brazos cruzados y tratando de que sus tiernos ojos claros me intimidasen. Casi me rio en su cara cuando bajó la mirada hacia mi y le hallé un pequeño parecido al oso de la peli del Libro de la selva.

—Usted me debe una disculpa cordial, te he repetido varias veces que no puedes cortarle la llamada a tus mayores sin despedirte adecuadamente.

—Michel —él enarcó una ceja—, normalmente te diría que lo que me estás diciendo es una puta mierda pero la verdad es que creo que has envejecido en algunos aspectos antes de los cincuenta.

El peliverde alzó la mirada dejándola clavada en un punto fijo con los ojos muy abiertos. Tal vez analizando mis palabras.

—Joder si —dijo al final—. ¿Dónde dejé a ese Michel que solo pensaba en vivir?

—Tal vez se quedó en dos mil veintitrés.

—¡Ay no que aparento cincuenta años! —dice sacudiéndome de los hombros con dramatismo.

Mi personaje de Wattpad✔️ [libro #1] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora