El viento manejaba a su antojo aquellos largos mechones amarillos del hombre ante ella, aquel que la miraba con el profundo azul de sus ojos sin molestarse en pestañear. Parecía consternado, algo confundido. Selene no sabía cómo describir aquella expresión, iba cargada de enfado mezclado con dolor.
Dolor, no era más que eso.
—¿Qué haces aquí? —preguntó ella, cruzando sus brazos para cubrirse del frío de la noche, o de las emociones que penetraban su pecho.
—Es luna llena. —dijo, con una voz débil— ¿Por qué?
Alzando la vista a la luna, Selene no respondió.
—Después de tantos años, me encuentro nuevamente aquí, bajo una luna llena que ha sido desobediente y ha roto las reglas al salir una noche que no le correspondía. —continuó con una risa baja que sonaba perfecta para los oídos de la contraria— Estoy delante de ti, siendo un débil humano, con la certeza de que esta luna llena —añadió, señalando el cielo—, no ha salido hoy por mi.
Con los labios temblorosos, Selene arrugó su frente.
—¿De qué hablas?
—Félix no está en el palacio. —contestó de inmediato— Y Hyunjin tampoco.
Entendiendo esas palabras, la menor agachó la cabeza.
—¿Están juntos? —preguntó él.
—No sé de qué me hablas.
—¡Sel! —exclamó, dando un paso que automáticamente erizó la piel de la diosa— ¿Dónde están?
—¿Qué te hace pensar que tengo idea del paradero de Félix y mi ahijado?
—Porque has sido su cómplice.
—¿Cómo estás tan seguro?
—¡Porque esta luna llena no ha salido por mi! —vociferó, provocando un brinco en el cuerpo de la contraria.
Selene permitió que el silencio tomara el protagonismo por varios segundos, en donde se dio a la tarea de evaluar el dolor en aquellos dulces ojos cristalizados que la miraban con tanta intensidad.
—Se han cumplido muchos años desde la última vez que alteraste el ciclo de la luna. Ni Hyunjin ni Félix habían nacido, lo hacías para verme a mi. —la voz de Helios se volvía suave— ¿Por qué luego de tantos años decides romper su ciclo? ¡Por ellos! Porque si hubiese sido por mi, lo habrías hecho mucho antes.
—¿Esperabas que lo hiciera? —preguntó Selene, sorprendiéndose a sí misma con aquella pregunta.
—Siempre esperé más de ti. —susurró el rubio— Y solo me llevé la decepción.
Bajando la mirada, Selene recibió esas palabras, que llegaban como un golpe en el estómago, haciéndola perder el aire.
—Pero no vine a hablar de nosotros, eso quedó en el pasado. —prosiguió Helios, evadiendo la tristeza que empezaba a lastimar su interior— ¿Por qué haces esto? Cumpliste con tu deber una vez, ¿por qué interfieres con el mío?
—Helios...
—¡No! —intervino, airado— Sé que no te importa el problema que esto pueda traer para mi, pero, ¿has pensado en Félix y en Hyunjin?
Con los ojos muy abiertos, Selene continuó en silencio. En su mente solo se repetía aquella pregunta.
—Hoy sonríes y disfrutas de esa entrega de amor. Pero dime, ¿qué pasará cuando ya no sea placentero? Cuando sus corazones empiecen a agrietarse y se forme un agujero tan grande en sus pechos que no les quede otra solución más que odiarse, ¿vendrás a sonreírle a la luna? —haciendo una pausa, Helios detalló la incertidumbre que invadía a la diosa frente a sus ojos, que no hacía más que mirarlo con tristeza— ¿O les pedirás perdón por destruirlos como lo hiciste conmigo?
ESTÁS LEYENDO
Luna del inframundo | Hyunlix
FantasiEn un mundo donde la libertad es la norma y las reglas son pocas, Hyunjin decide ir en contra del camino trazado por los dioses. Como hijo del rey del inframundo, su camino ha sido obstaculizado por un trato injusto recibido por parte del Olimpo. De...