Cuando volvemos a casa las calles se cierran a nuestro paso mientras que la noche se abre.
-Date prisa.- grita Sergio que anda a unos metros de mi.
-¡No me dan las piernas para más, y no es culpa mía que me tengas que usar como excusa!- Sergio se para en seco y se da la vuelta para mirarme.
-Es verdad perdón. Es que estoy muy nervioso y no quiero que Lidia se entere de que he vuelto allí, no le digas nada por favor, se supone que te he acompañado al médico.- Me habla despacio y tiene los ojos cansados, de mentir, probablemente.
-Deberías contarle que vuelves, ya no eres el de antes debería confiar en ti. Además son tus amigos, no serán tan malos.
-Tú ya sabes como es, empezará a imaginar que he vuelto a beber y se pondrá a gritar y no aguanto otra pelea.- Me dice mientras seguimos andando.
-No sé como seguís juntos todavía.-Digo. -Ni yo, pero la quiero.-¿Quién era ese chico? al que has saludado, no lo había visto nunca por ahí.- Pregunto al rato.
-¿Iván? Era mi mejor amigo. - dice sonriendo pero de repente se le va la sonrisa de la cara- Hicimos el pacto de que nunca volveríamos allí y que lo dejaríamos todo. Ni si quiera yo he cumplido la promesa del todo.
-¿Por qué os prometisteis eso?
- Hace un año perdimos al hermano de Ivan. Ese día su madre se lo dejó como siempre porque tenía que trabajar. Nos habíamos bebido y fumado unos cuantos. Y cuando nos dimos cuenta Cristián no estaba. Iván y yo empezamos a buscarlo por toda la ciudad. No recordabamos ni donde habíamos estado. Lo encontramos al cabo de unas horas en un parque justo al lado de donde estábamos al principio. Nos sentíamos imbéciles y su hermano no paraba de llorar. Pasamos tanto miedo ese día que nos prometimos dejarlo todo.- Para cuando termina de contarlo ya hemos llegado a mi casa.- Buenas noches Lara, puedo acompañarte mañana al medico otra vez si quieres.- Me guiña el ojo y se ríe.
-Buenas noches Sergio.- Digo y cierro la puerta a mis espaldas.