Salí de casa. Había quedado con Lara e iba muy justo con la hora. Cristian se había quedado en casa con mi madre y eso era genial porque no tendría que preocuparme de él en toda la tarde y podría centrarme en ella. Pero no fue tan fácil. Crucé la calle y Sergio estaba esta allí, apoyado en la pared con los brazos cruzados.
-¿De que vas Iván?- Pasé de él y seguí andando. No iba a llegar tarde por él. No iba a cagarla otra vez por él.- ¡Te estoy hablando tío! ¡Te vi el otro día! Déjala en paz.
-No sé de que hablas.- Dije, aunque sí lo sabía. Mis pasos eran rápidos y el me siguió. Me cogió del hombro para pararme y me quite su mano de encima girándome para mirarlo.
-Claro que lo sabes. ¿Es porque volví sin ti? ¿por eso intentas joderme? No te acerques a Lara.- Su voz irradiaba miedo y rabia.
-¿Qué no haga qué? ¿quién mierda te crees para que no me acerque a ella? Espera que yo lo sé. Eres un gilipollas que ha mentido tanto que tiene miedo de que la gente sepa quien es.- Intentaba relajarme para no partirle la cara ahí mismo.
-Iván por favor.- Me reí. Me reí por que él estaba cansado de mentir, porque tenía miedo y porque no sabía que más hacer aparte de reir.
-Sergio me gusta esa chica ¿vale? Me parece tan diferente al resto, quiero conocerla. No lo voy a estropear porque seas un miserable.
-Ayúdame venga tío, somos amigos.
-Éramos. Y entonces la cagaste. Te cubrí, te ayudé y no me diste ni las gracias. Desapareciste y ahora tienes una vida perfecta y la gente te ve como un héroe pero yo sé quien eres. Sé lo que has hecho, no me engañas otra vez. No voy a contarle nada a Lara pero hazlo tú porque esa chica no es tonta y algún día va a enterarse y se lo dirá a tu novia. Haz las cosas bien. Yo voy a hacerlas.
Lo dejé atrás, no dijo una sola palabra más. Miré el reloj y vi que ya llegaba tarde así que eche a correr. Cuando llegué a la casa de Lara estaba sentada en el suelo jugando con la falda de su vestido.
"Primera vez que llegas tarde Iván, bien empezamos." Pensé.
Lara no se había dado cuenta de que estaba allí. Me agache para poner mi cara a la altura de la suya. Sus ojos me miraron.
-Buenas tardes fantasmita.- Sus ojos sonrieron y me contestaron.
-Buenas tardes.- Dijo ella, con una sonrisa tan pequeña que creí haberla imaginado.
-Perdón por llegar tarde. Es que... Estaba esperando a que llegara mi madre, no quiere que deje a mi hermano solo.
"Llegas tarde y encima le mientes, que máquina eres para estas cosas Iván."
-No llegas tan tarde.
Sí que llegué muy tarde. Yo sabía que mientras esperaba se había planteado que yo no llegaría, que me estaba riendo de ella o que era estúpida. Ella siempre se hacia daño a si misma con esos pensamientos. Me sentía tan mal que tenía que tenía que compensárselo. Me levante y le cogí la mano para ayudarla. Se sacudió el vestido con la otra mano mientras yo le miraba la que le sostenía.
-¿Qué pasa?- dijo mirándose la mano y después a mi.
-Que también tienes piel de fantasma.- empezé a reírme, ella también se rió. Hizo el amago de retirar la mano y para que no lo hiciera entrelacé rápidamente mis dedos con los suyos. Me miró extrañada. Le dije lo único que podía decirle sin mentirle.
-No quiero soltarte Lara.
-Entonces no lo hagas.