-Dime que es lo que más miedo te da.- Le dije a Lara, que llevaba un rato comiéndose las uñas.
-Usted haciéndome preguntas.- solté una carcajada. Lara solía hacerme reír aunque siempre permanecía sería.
-Buena respuesta.
-Lo sé.- Dijo sin ganas llevando sus ojos a la ventana.
Me quedé callada mirándola y en algún momento de ese silencio ella saltó del asiento enderezándose y me miró a los ojos.
-Envejecer.
-¿Por qué te da miedo envejecer?
-Hay una mariposa en la ventana.- Me giré para ver de que hablaba. Había una pequeña mariposa en la repisa de la ventana. Me levanté para abrir y que se fuera, Lara la estaba siguiendo con la mirada hasta que desapareció y a continuación sus ojos verdes volvieron a perder la vida.
-Las mariposas mueren cuando ponen los huevos ¿sabías? Es triste saber que tu vida va a acabar cuando te reproduzcas. Mi abuela me solía decir que hay que elegir entre reproducirse o ser inmortal, porque cuando tienes hijos ya no tienes vida.-Sonrió.- Ella tenía cinco hijos.
-¿Te da miedo ser como tu abuela?
-Claro.- Dijo sin más.- Y como mi madre. Me da miedo tener que elegir que tengo que hacer con mi vida y trabajar toda la vida en algo que destesto, casarme con alguien que no me ame y tener una hija con problemas emocionales que tenga que ver a una señora recién licenciada todas las semanas porque soy incapaz de preguntarle que le pasa sin que me ignore.
- ¿Piensas así de tu madre?- Me impactó la dureza de sus palabras.
- Oh no, mi madre es genial tranquila. Pienso así de todo el mundo.
- Y no estoy recién licenciada.
- Pues usas una crema antiarrugas fantástica, recomiendamela en diez años.- Si el sarcasmo fuera agua nos habríamos ahogado en aquella habitación.
Me senté en mi sillón de nuevo, la chica estaba apretando la mandíbula.
- No tienes por qué tener hijos si no quieres.
- Mi padre suele decir que es lo más bonito de la vida de una mujer. Es gracioso porque el no es una maldita mujer.- La rabia emanaba de su boca.
- No es gracioso si nadie se ríe. Hablame de tu padre.
- No. - Se levantó.
-¿Por qué no me dejas ayudarte?- La chica estaba ya poniéndose su mochila.
- Te paga mi madre, ayudala a ella.