Capitulo 01

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La luz de la computadora le comenzaba a molestar, le picaban los ojos y el cansancio tocaba cada una de sus neuronas; sin embargo, eso no la detendría de leer los 8 capítulos restantes de la novela que tanto la había enganchado. "Luz heroica" era la típica novela donde la heroína que era pobre y despreciada terminaba siendo millonaria y con mucha influencia social con ayuda de los personajes secundarios y el hecho de que la villana decía sus planes en voz alta. ¿Era un cliché? Claro que sí, pero lo importante no era la "trama" sino  los que movían la historia y mantenían un sentido de la vida de Sorata; los intereses amorosos, cuatro hermosos, sensuales, amables y posesivos hombres.

La única razón por la cual la novela se hizo popular, como la mayoría de historias con heroínas, son los intereses amoroso de la protagonistas, la razón por la cual quedarse y seguir con la trama repetitiva.

Era la razón para  Kim Sora ita.

Ya casi eran las tres de la mañana y se dijo a sí misma que cuando le marcaran las tres y media, dejaría de leer; porque esa era la hora del diablo y se negaba a seguir leyendo con las maldades  demoníacas y espirituales respirándole en el cuello.

Solo le quedaban unos pocos capítulos para terminar la historia y la heroína aún no mostraba quien sería su elección final, la pelinegra se moría de ganas por saber la decisión final. Eran en total cinco intereses amorosos, el sirviente personal que la seguía sin importar el camino que tomará o con quien decidiera amar; luego estaba el ex-príncipe, castaño que amaba la moda y los colores brillantes, alguien alegre que animaba a cualquiera; el duque serio pero honesto era otro que cayo por ella, el rubio guapo que no podía faltar en el harem, él es el genio y el cachondo del grupo; luego estaba el esclavo, el extranjero  alto, mamado y callado, con un cabello que Sora anhelaba tocar desde el fondo de su corazón y por último pero no por eso menos importante, estaba el sol del grupo, hijo de un general de mano dura pero no por eso insensible, el único que no tenía problemas familiares no sociales, la “mejor opcion” segun una encuesta que hizo la autora.

Los cinco chicos tenían sus ventajas  pero la heroína debía elegir a uno pero, ¿por qué?.

A Sora le parecia ridiculo, cada uno de ellos había sacrificado algo para estar con la heroína, ya sea  su dignidad,  su posición o un futuro “estable” en sus hogares, cada uno merecería obtener la misma cantidad de amor por parte de la heroína… pero era la única que pensaba así.

Solo quedaban siete capítulos para terminar la historia y por fin hubo un diálogo sobre la decisión final de la protagonista, con su mejor amiga que era, por supuesto, su mucama personal.

<< Estoy feliz de que todo resultara bien para usted, mi señora —  dijo esta mientras cepillaba su brillante cabello rubio — El nuevo emperador Alejandro I le ha prometido muchos beneficios por sus servicio en la toma del poder — Terminó poniendo una joya al costado se su cabeza.

— A mi también me alivia, después de todo lo he pasado creo que merezco esa posición — La heroína sonrío al espejo con un sentimiento de superioridad, ella sola había logrado de nuevo que el emperador llegará a donde estaba.  Sin su gran ingenio el imperio ruso seguirá a la gorda y malvada emperatriz.

“¿Qué hiciste? ¿Ponerte bonita y manipular a todos los que tenían mínimo poder a tu alrededor?  Amiga, cualquier mujer puede hacer eso”  Sora realmente odiaba a la heroína, bueno, quizás no odiar simplemente no la toleraba, nunca llego a comprender del todo el personaje, sus motivaciones eran contradictorias y actuaba muy por impulso, solo le importaba su objetivo, dañando a las personas a su alrededor; sobre todo a sus intereses amorosos.  “No entiendo de estas tan orgullosa”

— Sabes, a veces pienso que era mi destino llegar hasta donde estoy, como si estuviera escrito— bromeó riendo al final junto con su amiga, mientras se levantaba a cambiarse nuevamente de vestido, por tercera vez del día. — Me alegro que hayas podido estar conmigo todo este tiempo — una vez que el vestido estuvo bien puesto, la heroína se volteo a sujetar la mano de la mucama.

Yo quiero el harem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora