Capitulo 02

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Su piel se sentía fría, había un fuerte viento que se colaba entre sus cálidas ropas, y sus pies estaban algo descubiertos, quizás debería buscar alguna medias peludas, pero nada de eso importaba. Porque ella acababa de ser transportada a una novela, con hombres precioso, heroínas con gustos cuestionables y a una época con gran opresión hacia la mujer. 

— Eres demasiado impulsiva — le reprocho el gato — ¡suéltame niña! ¡Deja de girar! — Sin importar lo que decía, sora estaba en una nube de alegría de la cual no pretendía bajar pronto —  Porque me arrastraste a esto? ¡Yo solo te estaba ayudando o cumplir con tu tonto deseo! —  Maulló fuertemente poniendo sus patas en el rostro de la chica estúpida.

— ¡Y lo hiciste! Gracias — Dejó de girar y volvió a tratar de besar al gato, siendo detenida por el mismo — Dejame darte amor, si? — lo apretó en su cara sin importarle que se llenara de pelos — ¡Gracias terrorífico gato de la ventana! Dejate amar 

—¡No! niña necia— Le mordió un dedo provocando que lo soltara de golpe y este cayera de pie — No hay tiempo para festejar, me has metido en un gran problema, ¿que le diré a mis superiores? No puedo estar en este mundo contigo – Se sentó en el suelo cruzando sus patas delanteras en su pecho, notablemente molesto.

— No pienses en eso — acaricio su cabeza peluda ignorando sus bufidos — Ahora estamos aquí, ya no hay nada que hacer — el gato le gruño molesto —  además, está nevan—

—¡SORA! —- el grito potente de una mujer los sacó de su conversación — Ven aquí — ella se volteó viendo la “pequeña” figura femenina que la llamaba a la distancia, en la entrada de una gran casa, hecha de ladrillos con ventanas de madera sin vidrio, de tres pisos y lo que parecía un pequeño ático, además de tener un gigantesco lote con “pequeños” establo seguramente lleno de animales.

Y eso era todo lo que Sora podía ver desde fuera.

La casa es espectacular, a diferencia del pequeño apartamento en el que vivía con su familia. Ese lugar estaba sonado, además la señora que la llamaba lucia amable quizas deberia ir a ver que quiere. 

— ¿Qué esperas? — El gata peludo comenzó a caminar en dirección a la señora — Tu nueva familia espera por ti para poder desayunar —- De un salto, se paró encima de una cerca de piedra que separaba la casa y el lote de otras. Aunque la distancia entre casas era asombrosa, casi podía jurar que solo tenía dos vecinos, las únicas dos casas visibles.

 A todo esto, ¿desayunar? Eran como las cinco de la mañana, ¿quién come a esa hora?

— Deja de pensar y camina — El gato ya alejado a una distancia considerable — Mientras tanto te explicare algunas cosas, que me hubiera encantado ver descubrir a la mala, jeje — Lo único que Sora quería saber era, como un gato podría tener un trasero tan elegante?

Era algo que valía la pena mirar. 

Corrió un poco para llegar donde el gato y después caminó con sus brazos en la espalda.

— Entonces, estoy en la novela? — Pregunto ladeando su cabeza 

— No, está en el pasado, donde esa mujer que te llamo espera para forzarte a casarte con tu vecino y tengas cuatro hijos — la voz tan seca y directa casi hacen que Sora se lo crea — Es un chiste — dijo al ver el rostro pálido de la chica — Es tu madre de este mundo.

— Ah, si si un chiste — “Gato pendejo, casi me orino del susto” — ¿Entonces si estoy en la novela? 

— ¿No vas a preguntar otra cosa?  ¿Cómo es esa mujer?, ¿dónde voy a vivir? o  ¿cómo funcionan las cosas en este mundo?,  ¿dónde están los chicos y la heroína? — El gato se pregunta si realmente en dos anos esa idiota iba a ser algun progreso

Yo quiero el harem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora