Capitulo 4

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— En este instante me dirás tu nombre, de donde eres y qué quieres — Sora cruzó los brazos después de soltar su amenaza y de amarrar al gato a la cabecera de la cama. El cual la veía desinteresada.

— Umm nop — dijo burlándose de la chica

— ¿Por qué no? — pregunto acercándose a la cama — Ambos estamos en este mundo, deberíamos ayudarnos un poco para conseguir mi objetivo — trato de ser razonable 

— En realidad yo puedo salir cuando sea — sonrió altanero — solo tengo que recuperar mis fuerzas para poder irme

— ¿Y cuánto tiempo te tomará eso? —

— Eso a ti no te incumbe — bufo divertido — deberías preocuparte por encontrar a “tus chicos” antes que se acabe el tiempo… oh y no olvides que debes darle la misma cantidad de amor a todos y no utilizarlos para tu beneficio propio; parafraseando tu pequeño monologo de ayer.

— Yo no dije…. Bueno, si lo dije — alzo sus hombros confiado y honesta — además yo puedo hacerlo sin usar a mis chicos. 

— Aja, si tú lo dices niña —negó sin creer lo ingenua que era esa chica, enamorar a una persona ya era complicado, no quería ni imaginar a cinco — Amarras muy mal — se meneó un poco soltando la cuerda al instante, sorprendiendo a Sora — Si así atas a tu harem, se van a escapar~  — salto a la cama y se enrolló para poder dormirse e ignorarla. Sora suspiró desahuciada, sentándose en el suelo, apoyándose en el borde de la cama.

— No sé qué hacer gatito — suspiro una vez más cerrando los ojos — Tengo que ver mañana a Rubí, pero no quiero ver a la razón del porqué la protagonista rechaza a mis amores.

El gato la miro con el ceño fruncido, un poco harto de la cofunción del primer día, él quería irse a su casa y dejar a esta chica a su suerte, porque a él no le importaba si lograba a no su cometido. 

Si ella no lo logra simplemente, se llevará su alma por el resto de su imponente existencia, claro que si lo lograba, se quedaría en este mundo para siempre.

Quizás… quien sabe…

Él no hacías las reglas. 

Y de hecho es la primera vez que envía a alguien a una novela, que hubiera sido muy divertida si esta estúpida no tirara de su cola. En otra situación sería muy excitante, Sora era una mujer muy atractiva, él estaría más que dispuesto a dejar que lo ate, pero era una pervertida, despistada, depravada y hormonal; ese es su papel, no el de ella.

Ser dominado no es malo… solo prefiere que sea un hombre a una mujer… le trae recuerdos de Vietnam, es mejor no hablar de eso.

—No sé qué hacer — repitió a nadie en específico mientras rodaba en la cama, el gato decidió que era demasiado por un día, saliendo de la habitación dejando a Sora con su crisis, ya después volvería explicar lo que quiera, él iba a dormir un poco más. Antes de irse apago la luz y cerro la puerta.

Camino por los pasillos meneando su cola de un lado a otro en busca de la cocina, conteniendo sus ganas de saltar sobre los muebles, todo encima de ellos era increíblemente caro y la satisfacción de romperlos sería demasiado placentero, pero no lo suficientemente bueno. 

Ese pensamiento fue claramente influenciado por el cuerpo del gato que poseyó, no fue él… claramente no era él. 

Ha estado demasiado tiempo convertido en gato.

“Puede que esa chica me haya pegado su celo mental” pensó sintiendo comezón en su vientre “Necesito cambiar antes de hacer algo estúpido” 

Cuando llego la cocina, puedo escuchar la voz de la señora de la casa hablando con el amigo de la humana, volteo los ojos molesto, pues su plan de cambiar a forma humana había sido frustrando con dos NPC de la historia; maulló frustrado haciendo que ambos lo volteen a verlo.

Yo quiero el harem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora