Capitulo 15

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Sora se encontraba sumida en un mar de pensamientos tumultuosos desde que había entregado el arduo trabajo de cálculo después de cinco días de esfuerzo ininterrumpido. Durante ese tiempo, no había tenido espacio para nada más que para sus estudios. Para ella, en cierto modo, fue un refugio necesario, especialmente después de la última conversación con Nagoyuki, que la dejó profundamente afectada.

Desde entonces, apenas había hablado con él, no porque él la evitara, sino porque Sora misma se sentía perdida y sin saber qué decirle. Sus interacciones se limitaban a saludos fugaces y preguntas superficiales mientras completaban sus trabajos. Sin embargo, las palabras de Nagoyuki seguían resonando en su mente.

Era consciente de que sus opiniones e ideologías podrían no ser compartidas por todos, y que las relaciones entre ellos podrían complicarse, especialmente con la presencia cercana de la heroína. Pero nunca había anticipado una reacción tan desalentadora de Nagoyuki, quien siempre había sido el más comprensivo. Temía que si él había reaccionado así, los demás pensarían aún peor de ella.

La reacción que más la atemorizaba era la de August, conocido por ser posesivo y celoso. A pesar de su carácter, Sora lo apreciaba profundamente. Sin embargo, la tensión entre ellos a veces se manifestaba de formas que la hacían sentir incómoda, aunque también disfrutaba de cómo jugaban con los celos en sus novelas.

La voz de Joon la sacó de sus pensamientos mientras acariciaba a su gato acurrucado en sus piernas. Sora levantó la cabeza de la almohada para mirarlo, y él la observó con preocupación.— ¿Qué pasa, niña?

Sora se dio la vuelta en la cama mientras le hablaba — Nada… solo que todo ha sido un caos sin ti — confeso cerrando los ojos.

— ¿Es por los exámenes finales? ¿Te preocupa el trabajo final de cálculo?

— No… Oliver se aseguró que el trabajo fuera perfecto, dijo que lo entregaría hoy en la tarde.

— ¿No se entregaba en tres días? — Mientras hablaba con la chica, comenzó a acariciar la panza del gato, notando como esté en vez de enfadarse, se estiraba más hacia él, ronroneando.

— Lo entregamos antes… — contestó sin ganas

— Y… ¿Te angustia la calificación?

— No realmente… — le dio la espalda Joon, abrazando sus rodillas, sin muchas ganas de hablar.

Ambos se sumieron en un incómodo silencio, perdidos en sus propios pensamientos. Finalmente, Sora se levantó para ocuparse del último trabajo pendiente, sintiendo la mirada preocupada de Joon sobre ella.

La noche cayó rápidamente, trayendo consigo la cena, y se encontraron con August. Sora intentó mantener una conversación alegre con él por unos momentos, pero al sentarse a la mesa, el silencio pesado los envolvió.

Fue entonces cuando August rompió el silencio con una pregunta inesperada, mostrando una preocupación que Sora apreció profundamente.

— ¿Todo bien? — Su tono de voz seguía siendo tan calmado como sus respuestas, aunque era obvio la preocupación en su voz.

Sora abrió ligeramente la boca, sorprendida y conmovida por la acción de August. La simpleza del gesto contrastaba con su profundo significado, casi haciéndola emocionarse. Con una sonrisa radiante, respondió, — Sí, estoy bien —.

Ambos chicos notaron cómo el cabello azul de Sora comenzaba a adquirir tonos amarillos, un cambio sutil, pero perceptible en las puntas, como un reflejo de sus emociones internas que ella misma apenas comenzaba a comprender.

August le ofreció una sonrisa tranquila, sus ojos transmitiendo una comprensión silenciosa. — Si algo te molesta... no dudes en decírmelo— agregó con suavidad. Continuaron compartiendo la cena en un silencio cómodo, pero cargado de complicidad, donde las palabras no eran necesarias para expresar lo que sentían.

Yo quiero el harem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora