Capítulo 19

90 6 0
                                    

Yud se recostó en su cama, con los ojos fijos en el techo, pero su mente estaba atrapada en un torbellino de pensamientos. Sentía como si su cabeza fuera una maraña de confusión que no podía desenredar. ¿Cómo iba a expresar lo que sentía? ¿Cómo podía ordenar todas esas emociones contradictorias que bullían dentro de él?

La propuesta de Sora no dejaba de rondar en su cabeza, una idea tan descabellada como intrigante: estar todos juntos, los seis, como una única pareja. Sentado en la penumbra de su habitación, Yud miraba fijamente el techo, como si las sombras pudieran darle las respuestas que su mente no lograba organizar.

"¿Cómo podría funcionar algo así?"  Pensó, frunciendo el ceño. Era un duque, criado en un ambiente donde el honor, la lealtad y la discreción eran lo más importante. La simple idea de estar con varias personas a la vez le parecía algo inaudito, casi impropio. Pero entonces, los rostros de sus amigos, de Sora, se le cruzaron por la mente. Su corazón se apretaba de una manera que no podía ignorar

¿Cómo podían mantener una relación entre tantos sin que todo se desmoronara?

"¿De verdad puedo estar con todos ellos?", pensó, llevando una mano a su rostro y suspirando profundamente. Los veía a todos, uno por uno: Sora, con su fuerza y su amor; Nagoyuki, siempre tan intenso y serio; Oliver, con su corazón tan cálido; August, impredecible y fascinante; y Adán, con su comprensión infinita. Yud los quería, eso era innegable, pero no podía evitar preguntarse si era capaz de compartir ese amor de la forma en que Sora proponía.

Mientras reflexionaba, comenzó a notar algo: no era tanto la idea de estar con varias personas lo que lo asustaba, sino el miedo a que la relación no funcionara. Temía las tensiones que podrían surgir, los celos que podrían aparecer, y cómo todo eso podría afectar la dinámica entre ellos. Pero, a pesar de todo, había algo en la determinación de Sora que lo hacía querer entender más.

"Sora... tú siempre has tenido una visión distinta de las cosas, una que me cuesta entender..." Pensó para sí, recordando los momentos en que ella había expresado sus sentimientos con tanto fervor. Su propuesta, esa idea tan extravagante de una relación múltiple, le parecía extraña, pero había algo en la forma en que lo decía, como si realmente creyera que podrían encontrar la felicidad en ello.

Se incorporó en la cama, decidido a dejar de darle tantas vueltas. Quizás lo que necesitaba era hablar directamente con Sora. Sí, hablar con ella y tratar de entender mejor cómo funcionaría todo esto. Ella tenía una idea muy clara en su cabeza, y tal vez al escucharla más a fondo, las piezas encajarían mejor en su mente.

Yud se levantó, tomó una pequeña libreta y pluma, y comenzó a anotar sus ideas. "¿Cómo podemos mantener el equilibrio?", "¿Qué significa el compromiso en este tipo de relación?", "¿Será posible que todos estemos en la misma página?". Cada pregunta que escribía era una forma de intentar darle sentido a lo que Sora idealizaba. Él sabía que tenía que ser honesto consigo mismo y con ellos. No podía simplemente lanzarse a algo que no comprendía.

"Esto no es solo sobre mí", pensó mientras caminaba por los pasillos de la academia. "Si esto va a funcionar, todos debemos entendernos. Pero primero, debo entenderla a ella."

Yud caminaba con el ceño fruncido, la idea de Sora sobre que los seis estuvieran juntos como pareja no dejaba de rondar en su cabeza. Si bien no rechazaba la idea del todo, tampoco podía dejar de sentir lo extraño que sería compartir su vida de esa manera, y menos siendo un hombre de la realeza, acostumbrado a ciertas expectativas.

"Maldita sea..." pensó mientras caminaba, observando el cielo. Las nubes pasaban lentamente, pero su mente no lo dejaba en paz. Cada una de sus ideas chocaba con la otra. Sabía que tenía sentimientos por Sora, pero ¿y los demás? ¿Cómo podía integrar a Nagoyuki, Oliver, August y Adán en esa ecuación?

Yo quiero el harem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora