El primer bloque del año académico está llegando a su final, lo que significa que cada estudiante está inmerso en la realización de trabajos finales. Estos trabajos representan un 35% de la nota final de cada asignatura, y en la academia no se toleran mediocridades. La nota mínima para avanzar a la segunda parte del año es de 75, lo que significa que fallar en algún trabajo o examen podría resultar en una gran pérdida en el promedio final.
Para Sora, sin embargo, esto significaba un gran alivio. Las clases de cálculo se suspenderían hasta el próximo año, lo que le daría un respiro, y las clases de medicina iban a multiplicarse, lo cual era más de su agrado. La perspectiva de dedicarse más intensamente a sus estudios de medicina le resultaba emocionante.
Además, Sora no estaría sola en después de este encuentro. Joon, su compañero y amigo, estaría con ella en las clases. Los recientes atentados habían aumentado la seguridad y, como consecuencia, por lo que la escuela decido permitir los sirvientes “protectores” entrar a sus puertas. Estaba entusiasmada por la llegada de su amigo, su presencia constante le brindaba una sensación de seguridad y apoyo, y el gato estaba más servicial que nunca, siempre dispuesto a ayudarla en lo que necesitara.
Obviamente por la pronta llegada del cierto asiático.
La carga de trabajo era abrumadora, pero Sora se sentía preparada para enfrentar el reto. Sabía que debía mantener un enfoque constante y no permitir que la presión la desbordara. Cada día, se sumergía en sus estudios, revisando notas, practicando ejercicios y preparándose para los exámenes finales. Su dedicación era inquebrantable, motivada mayormente por la presión de sus chicos, y el miedo de ser apartada de ellos.
Las noches se hacían largas y las mañanas llegaban temprano. El aroma del café llenaba el aire, y la luz de la vela en su escritorio se mantenía encendida hasta altas horas de la noche. Sora encontraba pequeños momentos de alegría en los descansos que se permitía, sus chicos tomaban pequeñas siestas con ella, leían y compartían sus libros favoritos o simplemente conversando con ellos, siempre lograba arrancarle una sonrisa.
Cada vez se sentía más cercana a ellos.
Pero aún había un gran camino por recorrer. La heroína no había mentido cuando dijo que no se rendiría, seguía tratando de convencer a Nagoyuki que debía ayudarla, Nago tenía sus dudas sobre ella, pero cada vez parecía más convencido de que era una buena causa.
“No tengo una razón validad para negarme” le había dicho cuando la cuestiono “si quieres que me niegue por completo, tienes que darme una razón Sora.” Termino diciendo, revolviendo su cabello con ternura.
¿Pero, realmente podía ser franca con ellos? ¿Siquiera le creerían para empezar? Sabe que no puede simplemente llegar y proponerles ser todos un poli amor perfecto como lo tiene en su cabeza, ni siquiera estaba cien porciento seguro que todos tenían sentimientos amorosos entre ellos. Además, si alguien le ofreciera eso a ella, definitivamente se negaría.
Puede los conocía a todos y se estén llevando bien, pero la rebelión se mueven cada vez más rápido y pronto la siguiente familia en caer
El ambiente en la academia estaba cargado de tensión, pero también de un sentido de camaradería. Los estudiantes se apoyaban mutuamente, compartiendo recursos, consejos y palabras de ánimo. Sora apreciaba profundamente estos momentos de solidaridad, sabiendo que todos estaban en la misma lucha.Con cada día que pasaba, Sora se sentía más cerca de su objetivo. La sensación de logro y el conocimiento de que sus esfuerzos la estaban llevando hacia adelante le proporcionaban una motivación constante. Estaba decidida a terminar el primer bloque del año con éxito, sabiendo que al final del camino, todo su esfuerzo valdría la pena.
ESTÁS LEYENDO
Yo quiero el harem.
Teen FictionElla no anhela la gloria, ni el respeto del pueblo, ni el poder que trae consigo la riqueza o el estatus. Ella quiere lo que la heroína tiene: cada uno de los hombres que la siguen. Desea amarlos, cuidarlos, besarlos, poseerlos, dominarlos, y hacerl...