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Aser Dylan

Cinco meses después...


Aser: Se suponía que debía arreglar las cosas con ella, pero lo que dije lo arruinó todo.

Saul: Siempre es igual 🥱🙄

Aser: Me siento un imbécil, poco menos que un cretino. No debí haberle dicho todas esas cosas...

Saul: Hombre, esta es la tercera vez que me escribes eso. No te lamentes por decirle tu posición ante el tema, tarde o temprano lo iba a saber.

Aser: Ya, pero no era la manera.

Saul: Lo arruinaste todo. ¿Y qué?

Aser: Que soy el peor hijo del mundo.

Saul: No digas eso. Eres como mi hijo y no me has decepcionado.

Aser: ¿Eres mi madre?

Saul: No...

Aser: Entonces cierra el hocico.

Saul: Estamos escribiéndonos, no hablando. Pero da igual.

Aser: Eres un estúpido.

Saul: Yo también te quiero 😘🥰😍 

Aser: Jamás dije que te quiero.

Saul: No necesitas decírmelo 😈

Aser: Oye, para, maricón de mierda 😂

Saul: Volviendo al tema...

Aser: ¿Qué?

Saul: No te sientas mal.

Aser: Me encanta tu forma de consolarme, ¿te digo por qué?

Saul: Dime.

Aser: Porque no existe 🤩🤩 No sirves para eso.

Saul: Ya lo sé, por eso sirvo para otras cosas 😈🥵💋 

Aser: ¿Para casi dejar embarazada a tu novia? Ni siquiera lo lograste. No sirves, lo siento que te lo diga.

Saul: Por lo menos no soy virgen desde hace años, a diferencia de alguien... 🙈

Aser: Te quedas solo ahora, por insensible.

Saul: No me digas que te ofendiste por eso JAJAJAJA.


***


Entré a casa con una sonrisa en el rostro. Tranquilo. Feliz.

Estaba tarareando una canción en voz baja, casi susurrando, con la intención de no despertar a mi madre. Seguramente había terminado otro turno en el hospital y ansiaba poder descansar en paz, sin un hijo que llegara tan tarde de una fiesta a la cual lo habían invitado de sorpresa. Como un milagro.

Dejé mi chaqueta en una silla cerca de la entrada y me di la vuelta en dirección a las escaleras, pero vi a mi madre de pie vestida con su pijama de puntos y de brazos cruzados. Me paralicé. Estaba muy impactado. Tardé un segundo en comprobar que no estaba alucinando y era real. Ella estaba ahí, descalza, en el primer escalón mirándome como si desease lanzarme un cuchillo sin piedad. Sin perdón. Me dirigió una mirada llena de enojo que lentamente se transformó en una de tristeza o angustia. Se acercó hacia mí y yo apenas podía respirar.

El Infierno de Sus Besos © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora