Me encontraba armando maletas. Resulta que Lauren había cambiado la decisión de mi papá y sí íbamos a tener vacaciones (se te quiere, Lauren). Llevaba dos vestidos de playa floreados, shorts, camisetas y mis hermosos converse negros. Ah, y un traje de baño horrible que parecía burkini.
Mi papá y Lauren alquilaron una cabaña para cuatro personas, yo votaba para que Ryan durmiera en el sofá. Pero lo mejor de todo no era eso, sino que el resort también ofrecía un tour. Nos enseñarían los restaurantes, las piscinas y zonas de entretenimiento (bares y casinos).
—Existiendo 8 billones de personas en este maldito planeta, ¿y se te ocurre invitar a esa pelo de zanahoria?
Hablaban en el corredor. Ryan sonaba irritado y daba mucha risa porque hablaba con voz aguda.
—Déjame, ya te dije que no me convencerás. Y deja de chillarme en el oído que me dejaras sordo.
—¡Eres increíble! ¡Lo haces a propó...
Salí de mi habitación, dispuesta a saber por qué discutían.
—Discúlpenme, pero son las 6 de la mañana y no dormí bien, ¿podrían bajar el tono de voz?
—A ver tú —Ryan me señaló—, ¿qué harías al respecto si tu hermano invita a tu exnovio sin haber preguntado primero?
Lo miré, seria.
—Ryan, no tengo ni hermano y mucho menos exnovio.
—¡Es que... ¿Para qué te pregunto a ti?!
Los chicos ya estaban vestidos. Sus atuendos eran cómodos y adecuados a la situación. Vestían un estilo algo aesthetic, hasta parecían sacados de Pinterest. Los dos traían puesto shorts. Qué pantorrillas.
Bajamos al mismo tiempo, ellos detrás de mí. Yo y Aidan cargábamos nuestras maletas mientras Ryan arrastraba la suya por la escalera. Sí, era como un niño atrapado en un cuerpo adolescente.
—Buenos días muchachos —anunció una animada Lauren—. Qué bueno que bajan, porque ya debemos irnos.
Estaba tan emocionada. Creo que nunca había ido a vacacionar con tantas personas. De hecho, nunca había ido a vacacionar. Salimos del auto para desayunar en una gasolinera.
—Elijan una bebida y algo para comer. No vaya a ser y se nos mueren de hambre en el camino. La casa de esa niña queda algo lejos —comunicó mi papá.
Me dirigí al pasillo de refrigerados para agarrar un jugo. A veces me cuesta procesar y captar indirectas, pero apenas me daba cuenta que "Pelo de zanahoria" y "Niña" eran la misma persona. Y mientras cambiaba al pasillo de galletas y frituras, choqué con alguien. No recordaba lo mucho que me superaba Aidan en altura hasta que alcé la cabeza. Su brillante mirada me hipnotizó.
—Disculpa —dijo antes de aferrarse a mi inexistente cintura y quitarme de su camino. Ay, creo que se me puso la piel de gallina.
Cuando llegué al pasillo ni siquiera recordaba que quería, así que agarré cualquier cosa. Caminé por inercia, estaba como en trance. Un mini escalofrío me recorrió la espina dorsal.
— ¡Oye! —me gritó Ryan.
—¿Qué?
—¿Me compartes de tus galletas? —y al ver que no replicaba, agregó—: Por favoor, es que son de avena y son mis favo...
—Sí, cuando entremos en el carro.
Que Aidan me tomara de esa forma me causo incomodidad. Fue de esas sensaciones que te pican todo el cuerpo y te dejan con la mente en blanco. Miedo, terror, Ozuna.
—¡Hija, entra al auto! —mi vista fue hacia el vehículo. Todos estaban adentro.
Troté, sintiéndome toda un corredora. Cuando abrí la puerta, Ryan tenía unos tremendos ojos de perrito.
—Listo, ya estamos en el auto. Dame las galletas.
—Si quieres cómelas todas. No me gustan.
— Entonces, ¿por qué las tomaste? —Aidan tenía el entrecejo fruncido.
Ah, yo no sé, yo no sé. Pregúntale, pregúntale a tu abuela.
—Se miraban deliciosas, pero ya no se me apetecen —mentí.
Los siguientes diez minutos me maldije. Benditas galletas de avena y granola. Ahora me rugía la tripa y no tenía nada para comer. Cuanto mas avanzábamos Aidan se ponía mas contento y Ryan más pesado. De pronto, pasamos una reja y entramos a lo que parecía un residencial. Las casas eran bastante lindas, por no decir hermosas. Transcurrimos algunas cuadras hasta llegar a una casa de dos pisos. En el jardín estaba una chica con la maleta al lado y una mochila al hombro.
Aidan bajó la ventana con una rapidez alucinante y preocupante.
—¡Hannah!
El grito de Aidan despertó a Ryan, que se había dormido sobre mi hombro. Ryan me miró, asustado. Se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo y por un momento vi a doña Lety diciendo "No quiero que venga". Fue extremadamente chistoso. Hasta el día de hoy me acuerdo en las noches y me tiro la carcajada.
Antes de entrar, la pelirroja nos saludó. En el trayecto hablaba con Aidan. Entre ella y Ryan no hubo interacción.
—Nosotros vivíamos ahí antes. Fuimos vecinos de Hannah.
—¿No extrañas vivir allá? —miraba por la ventana. Todo el viento me pegaba en la cara.
—Nah. Me gusta más tu casa.
—¿Por qué? Digo, si yo hubiera vivido en una de esas no preferiría mi casa.
—No lo sé, tal vez porque tú estás ahí.
¿Qué?
—Pero antes también tenías compañía: Aidan. Y, pues, ustedes son hombres y se comprenden.
—Pero convivir con una mujer, quitando a mi mamá, es una nueva experiencia.
—¿Y qué opinas de esta nueva experiencia?
—Me caes bien. Y tu papá es muy gracioso. Y en esta nueva escuela hay chicas muy guapas.
—Jódete —dije respecto a lo último. Él se rio.
La siguiente media hora le gritábamos a las personas por la ventana. Lauren nos miraba y regañaba a Ryan cuando les decía vulgaridades a las personas.
—¡Ryan Aleksander Gallagher! —le riñó su mamá desde el asiento del copiloto. No lo había notado, pero ese día traía el cabello mucho mas lindo. Lo traía bastante lacio.
—Bien, bien...
En cuanto llegamos salimos todos del auto. Admiré la playa. Lindísimo paisaje, adornado de chicos sin camisa. Muchos pectorales a la vista, tápenme los ojos.
Y sí, creo que la poca dignidad que tenía se perdió en aquella playa.
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Los gemelos Gallagher
Fanfiction___ es hermanastra de los Gallagher, unos chicos demasiado guapos como para no aceptarlo. A pesar de lo que los une, ella siente cosas por los dos chicos. ¿Y como no? Aidan es inteligente, lindo, actor, ama la naturaleza... Pero por otra parte está...