—¿Cuál es el punto de jugar Monopoly? Gana el que tenga más propiedades. Esto no es sobre administración, ¡es puro poder!
—Sólo te quejas porque estás en la cárcel. Paga doscientos y te dejan libre.
—¿Doscientos? Mejor me quedo aquí.
La partida había dado un giro. Al principio, Aidan y yo estuvimos en una propiedad de Ryan y le pagamos. Era el rey hasta que cayó en la casilla de cartas y tuvo que pagar doscientos porque su perro había orinado en una casa ajena. Compró una casa carísima y después lo mandaron a prisión.
—¿Por qué mi maldito perro tuvo que orinar en otra casa? Ahora me gustan más los gatos —escupió, enojado.
—El juego es todo tuyo, Aidan. No tengo dinero —anuncié. Era mejor no jugar, porque si Ryan dejaba de estar preso, todo se iba a poner rudo. Jugando eran agresivos.
Mientras miraba a el preso lloriquear y refunfuñar, revisé mi celular en un vago intento de ver la hora.
—¿Saben qué? Al diablo la tacañez. Si sigo aquí metido Aidan me va a ganar —dijo mientras entregaba con pesar el presupuesto requerido.
Ganó Aidan de todas formas. Después de eso, los gemelos decidieron pedir pizza.
—Chicos, vamos a salir. Creo que regresaremos algo tarde. No hagan nada de lo que se puedan arrepentir después —amenazó tiernamente Lauren.
Me despedí de mi papá y de Lauren. Dijeron que iban a cenar con unos amigos o algo así. Sólo esperaba que me trajeran un poco de comida.
—¿Qué pasó con la pizza?
—Las pizzerias no sirven. No tenían pizzas veganas. Ningún lugar cercano las vende.
—No se preocupen por mí, de verdad —masculló Aidan.
—No importa. Conozco un lugar perfecto. Vamos.
Busqué un abrigo, porque el frío era tremendo. Ryan se puso una chaqueta de cuero como las que usaban lo motociclistas sexys en las películas ochenteras. Pero eso no era lo importante en el momento.
—¿Y como iremos si se llevaron el auto?
—Ryan, existe algo que se llama caminar. Y es lo que haremos.
Sacó unos lentes de sol del bolsillo de su chaqueta y se los pusó haciéndose el ofendido.
—Bien.
[...]
—Que buen trío somos, pero admitamos que soy el más guapo.
—¡Pero si tú y Aidan tienen la misma cara!
—Entonces el más encantador.
Giré los ojos al escuchar las bobadas de Ryan.
Estábamos esperando que nos trajeran un menú. Los llevé a un restaurante donde Aidan si pudiera comer. Es una basura que algunos restaurantes no tomen en cuenta a los vegetarianos ni veganos.
Cambiando de tema, no podía dejar de mirar a Ryan. Sólo espero que no haya notado eso. No sé que me gustaba más, si sus lentes de sol, la chaqueta o su actitud de tonto egocéntrico.
—Un pollito vegano no me vendría mal. Claro, con su respectiva Coca Cola.
—Yo quiero una hamburguesa —dije con el menú en la mano.
—Yo igual.
—Y quiero un té frío —agregué.
—Yo igual.
Miré de reojo a Ryan antes de entregarle la carta de comidas a la mesera. Me estaba copiando, ¿por qué?
—¿Qué estás haciendo, Gallagher?
—Nada.
La mesera nos dio la comida rápido. Casi que la devoramos. Hasta Aidan, que al principio comía educadamente, dejó limpio el plato.
—Voy a salir afuera un rato.
—¿Qué vas a hacer? —le preguntó Aidan mientras se limpiaba la comisura de los labios con una servilleta.
Su hermano sólo le regaló una sonrisa.
—Bueno, ahora sólo somos tu y yo, Aidansito.
Él me sonrió. Pero no fue como la de Ryan; esa fue burlesca, esta es linda. Es sincera, es muy Aidan.
—Nada que ver, pero ¿qué pasa entre Ryan y Hannah actualmente?
—No lo sé. Él no me habla más de ella desde que nos mudamos con ustedes. Y Hannah tampoco me dice nada. ¿Por qué?
No lo sé, ¡talvez porque relacioné a tu gemelo con hombres rudos de los ochentas! Y eso es una señal de que se me hizo atractivo, creo...
—No, por nada —le contesté. Vi salir del local a la camarera—. Pura curiosidad. ¿Y a ti cómo te va con Astrid?
Se sonrojó.
—Estamos saliendo todavía, pero me cae muy bien. Es graciosa y cuando es distraída, se me hace muy tierna.
—Sí, así es ella.
—Deberíamos pagar la cuenta, ¿no?
—Sí. Creo que Ryan nos mintió para no pagar —me reí.
—Suena a algo que haría. Pero mejor ve a mirar, yo pago. Te la debo, ___.
Asentí y salí a la calle. Miré a los dos lados. Encontré a Ryan con la mesera en una sola besadera. Él la agarraba del trasero y ella jugaba con su cabello. Podría decir que era un beso apasionado, pero no veía sentimiento alguno.
Tragué saliva. Me sentí incómoda, pero cuando quise regresar Aidan estaba atrás de mí. Choqué con él.
Por un momento lo que vi me dio un pequeño dolor en el pecho y no creo que haya estado relacionado con algo físico.
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Los gemelos Gallagher
Fanfiction___ es hermanastra de los Gallagher, unos chicos demasiado guapos como para no aceptarlo. A pesar de lo que los une, ella siente cosas por los dos chicos. ¿Y como no? Aidan es inteligente, lindo, actor, ama la naturaleza... Pero por otra parte está...