Aidan
Me sentía raro, con ganas de no hacer nada. Había cancelado el live de ese sábado. Ni siquiera era cansancio, sólo no me apetecía.
Llevaba rato tocando la guitarra, mirando fijamente una esquina del cuarto. Pensaba en Astrid. Recordaba su cabello y sus mejillas que siempre estaban rosadas.
Me encantaba. Era tan bonita, tan despistada. La pensaba día y noche, la imaginaba anhelándome tanto como yo a ella.
Me sentía asfixiado de algo, pero no sabía de qué. Tal vez yo era el problema.
Mis padres no estaban. Habían ido a la casa de mi tía y yo no quise ir, cosa que no era rara viniendo de mí ese día. Después de analizar mi comportamiento, noté la ausencia de mis hermanos.
Ya era algo tarde. Me preocupe más por ___, que hasta ahora no había dado indicios de ser una alborotada. Respecto a Ryan, él todavía estaba temprano.
No había pasado mucho cuando Ryan tocó el timbre. Venía con ___ en brazos. Ella se veía linda. Algo demacrada, pero linda.
—No preguntes. Sólo trae algo, se desmayó. Está borracha.
Quise girar los ojos, pero la urgencia del momento no me lo permitió. Rápidamente fui a por un botiquín que tenía en mi cuarto. Lo mantenía por si había alguna emergencia.
Ryan la había trasladado hasta su habitación. Él estaba sentado en un pequeño sofá mientras ___ seguía inconsciente en su cama.
Mi hermano la observaba quieto y en silencio. No se movía. Su mirada iba directamente hacia ella. Por un segundo, me recorrió un escalofrío.
—¿Qué le pasó? —le cuestione, serio.
—No lo sé. Sólo la vi y la traje.
—Ojalá y no se trate de tus cosas estúpidas, Ryan. Recuerda que es tu hermanastra —lo miré, pues con él no se puede estar seguro de nada.
—Ya vas con tus regaños de vieja. Además, ¿Cómo se te ocurre que le pude haber hecho algo?
—Mas bien, ¿cómo no se me pudo haber ocurrido? —mi tono de voz fue algo sarcástico, pero estaba enojado— Primero, besarse con la mesera y ¿ahora qué? ¿Abusar de ___?
Juntó sus cejas y tensó la mandíbula. Era demasiado obvio que estaba furioso. Esto me hizo ver lo distintos que somos. Cuando se enfada da miedo, yo hasta doy risa.
—¿Cuándo me convertí en violador, que no lo noté?
En el momento, deduje que yo estaba rojo. Apreté los nudillos con tanta fuerza que me dolieron.
—¿Y en que momento te darías cuenta, si solo te las pasas pensando con quien echar un polvo?
En un parpadeo ya estaba encima de mí, jalando con fuerza de mi camiseta. Sabía que no me haría nada; puede aparentar lo que se le plazca, pero Ryan es un cobarde. Trata de intimidarte, pero no pasa ese limite.
Me reí en su cara, burlándome. Aparté sus manos. Era notorio que había tomado y eso me daba ventaja.
—La próxima vez no finjas y pégame de verdad.
[...]
La noche anterior, después de el intento de paliza de Ryan, mi mamá y padrastro llegaron. Les conté lo poco que sabía. El papá de ___ se puso de malhumor y mi madre lo tranquilizó. En esos dos días lo único que todos hacían era enojarse y enfurecerse.
Me levanté con todas las ganas de que un loco saliera de mi ventana y me disparara. No quería ver a Ryan ni de reojo. Sólo imaginármelo me daba ganas de girar los ojos y de pegarle a la pared.
—Hijo, Aidan, ayúdame.
Fuimos a observar el estado de ___. Estaba tan quieta que por un momento lucía como un cadáver. ¿Cómo podía dormir así, tan tiesa? Daba miedo. La contemplé, me enfoqué en ella todo el tiempo.
—Tenme piedad, Señor —masculló, pero sonó mas como un gemido. Ciertamente, lo malpensé. Después bramó—. Perdón por el grito, es que no los vi.
—Descuida. ¿Te sientes bien?
—Más o menos. Siento martillazos en la cabeza.
—Y también tienes fiebre —le toqué el cuello suavemente.
—Iré por una toalla y pastillas.
En el momento que mi mamá cruzó la puerta, aprovechó para informarse. Respondí claro y breve, no quería abrumarla con tanto texto. Pero aunque mi tono haya sido frío, no podía dejar de mirarla. Si había dicho que estaba linda me equivoqué, ¡se encontraba hermosa! Estaba hecha una preciosura. Ver sus labios me era una adicción. Simplemente, sublime.
La dejé tomarse sus pastillas y descansar, pero juro que no me quería ir de esa habitación. Estaba pasmado. Me duché para despejarme la mente, pero me hizo sobre pensar mas. Tuve escenarios mentales. Tanto así que sentía que su cabello olía a mi champú.
Maldita sea, Aidan Gallagher, ¿qué te pasa?
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Los gemelos Gallagher
Fanfiction___ es hermanastra de los Gallagher, unos chicos demasiado guapos como para no aceptarlo. A pesar de lo que los une, ella siente cosas por los dos chicos. ¿Y como no? Aidan es inteligente, lindo, actor, ama la naturaleza... Pero por otra parte está...