Sanem.
"No creas que no me dí cuenta, cómo es que Sanem está siempre alrededor de ti".
Fueron justo estas palabras las que me hicieron darle la razón a Paulene.
No es mi culpa que coincida en el momento en que ella llegaba, estuviera yo. De hecho, hay veces que él me busca. Pero ahora ella es la que al parecer, estará como rémora para convencer al señor Can de quedarse con ella.
Así que el resto del rodaje del comercial, estuve al lado del señor Can, todo el tiempo. Sí, tenía muchos ojos sobre mí al haber hecho aquello, pero el señor Can jamás me pidió que me fuera sino todo lo contrario, me dedicaba sus mejores sonrisas y una mirada que me ponía de nervios.
Jay Jay fue a reprenderme para decirme que mi lugar no era ese. Sin embargo el señor Can, le dijo que estaba bien.
Cuando todos estábamos preparando lo último, papá me dijo que me fuera con él. Mamá comenzó con un discurso sobre que yo no sabía comportarme alrededor de los hombres y que molestaba al señor Can. Yo insistí que debía quedarme por dos motivos:
1. Mis padres en estos momentos estaban tratándome como una niña chiquita.
2. Soy muy determinada y no voy a dar un paso atrás en mi plan por no dejar a Paulene tanto tiempo con el señor Can.
Y para mi buena suerte, el señor Can llegó justo antes de que mis padres me sacaran de ahí. Él les aseguró que hacía un gran trabajo y que llegaría a casa.
Así que cuando todos terminamos de agrupar y llevar cosas a las caravanas, nos dispersamos.
Yo iba a irme con compañeros de trabajo, pensé que me iría con ellos pero el señor Can se ofreció a llevarme en su camioneta. Claro, Paulene estaría ahí.
Durante el camino, ella no paraba de hablar con él sobre recuerdos, viajes y cosas que habían hecho juntos. No pude contenerme y rodar los ojos cada que me restregaba en la cara su relación. Además, hizo muy notorio que este fin de semana quería pasarlo con él. Sutilmente ya había planeado festejar su cumpleaños en compañía de él, a solas.
Eso le tomo por sorpresa al señor Can, porque incluso le dijo que su cumpleaños era la semana siguiente, a lo que ella respondió que no tendría tiempo de festejarlo y aprovecharía pasarlo a su lado. Odié con todo mi ser cuando dijo "¿Tenemos velas en casa, Can?". Cada vez está siendo más pesada.
Lo más divertido fue cuando hice que el señor Can bajara la velocidad. Por muy increíble que parezca, él había entrado en el juego. Bajó la velocidad y de manera sarcástica dijo que había olvidado su fobia a la velocidad. Paulene no dijo ni una sola palabra, sólo torció la boca y rodó los ojos. Aún y con toda esa pesada actitud, tardamos como media hora más en llegar a mi casa.
Una vez que bajé del auto agradecí al señor Can, él continuó platicando, incluso me dijo que si mi madre hacía unos rollitos de carne, le avisara —espero coincida en que mamá hoy haga ese platillo. Esa simple conversación llevó al ataque de histeria contenida de Paulene, pidiéndole a Can que se fueran.
No voy a ser tan mala con Paulene, después de todo, tiene derecho a tener una gran celebración en casa del señor Can justo como ella quiere.
Y quién mejor que Guliz para hacer esto en grande.
—¿Sabías que el señor Can hará una fiesta sorpresa mañana? —llamo por teléfono a ella.
—No —escucho su entusiasmo apenas dije aquello —¿Por qué? ¿Para quién?
—Es una fiesta sorpresa para Paulene, por su cumpleaños.
—¿Quién te lo dijo? ¿Cómo sabes?
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El albatros y el fénix (Adaptación escrita pájaro soñador)
RomansaComedia Romántica basada en las diferentes vidas de sus protagonistas. Sanem una chica ingenua, divertida, espontánea que ama soñar despierta sobre su vida ideal. Además de ser un alma que ama la literatura y su sueño más grande es ser escritora. ...