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Todos suelen lucir deprimidos el lunes por la mañana, pero Marshall se siente más despierto ese día, preparo todo en la oficina de Jules, luego la información en su computador y tableta, esta vez no hay caja de regalo en su escritorio por lo que supuso que Jules se cansó de hacerlo:

- Marshall

El pelinegro vio a Jules entrar a su propia oficina y llamarlo, rápidamente entro también con su tableta lista:

- ¿Quiere que lea su agenda?...

Jules tecleo un poco en su computador para luego regresar la mirada a Marshall:

- Toma esto

Él puso una caja de regalo sobre su escritorio cerca de Marshall quien se quedó perplejo, fue una acción que claramente no esperaba y por un momento no se movió:

- Es chocolate blanco, no tienes permitido rechazarlo...

Marshall tardo un tiempo, pero finalmente se acercó y la tomó:

- Gracias...

- Lee la agenda

El pelinegro lo leyó y Jules se dio cuenta de que no tenía mucho que hacer realmente, asistió a dos juntas y para las 5 pm ya estaba libre, camino por el pasillo viendo a Marshall teclear algunas cosas en su computador concentrado, la última noche no estuvo mal, pero le gustaría ir más rápido, se acercó al escritorio oscuro:

- Marshall...

El chico tembló al escuchar la voz de la otra parte y rápidamente giro, no había escuchado cuando se había acercado:

- ¿Necesita algo señor Jules?

- ... Ven al cine conmigo...

Hubo un silencio, los ojos de Marshall se pusieron en blanco por un tiempo y movió los labios un par de veces sin decir nada:

- Es que yo... tengo que terminar papeleo y...

- Hazlo mañana o le diré a alguien más que lo haga, toma tus cosas y vámonos...

Jules camino hacia el ascensor y Marshall tomo su abrigo rápidamente y camino detrás de él ¿Será que este hombre quiere salir con él seriamente? Sus acciones son cada vez más extrañas en la mente de Marshall quien no sabe como responder simplemente intentando tomarlo como parte de trabajo

Cuando estuvieron en el auto notaron que había bastante tráfico, cuando estuvieron fuera del cine la función había comenzado hace ya una hora por lo que era inútil entrar, Jules pensó que sería mejor rentar un cine privado, Marshall vio la molestia en Jules y se sintió extrañamente incómodo:

- Señor... sígame

Marshall comenzó a caminar por las calles iluminadas de la ciudad siendo seguido por Jules quien a pesar de querer saber a donde le era llevado no pregunto, se sintió hipnotizado por la espalda de Marshall parecida a la de Mica, de repente ya estaban en el parque en una parte alejada solo iluminada por unos faros tenues y la luz de la luna que apenas salía, en esta parte esta el inicio del río o tal vez el fin

Marshall se sentó en la única banca e invito a Jules con la mirada quien se acercó y se sentó sin decir nada, el pelinegro vio la hora en la pantalla de su teléfono para luego volver hacia el hombre frente a él:

- ... Jefe ¿Qué intenta al darme regalos y llevarme a cenas? Usted al inicio hizo esa cosa e incluso me amenazó para qué trabajará para usted... que quiere de mi

- Una oportunidad...

Jules hablo mirando la luna reflejada en el río con calma, el mismo sabe que debió ir más despacio con este chico:

- Me equivoqué... si puedes darme una oportunidad... yo realmente jamás le haría daño a tú... amigo

Hubo un aumento de tono al pronunciar "amigo" por lo que Marshall dudo si era sincero:

- Ya veo... pero no creo poder darle lo que-

Antes de poder terminar iniciaron los fuegos artificiales, Jules entendió que la razón por la que fue traído específicamente aquí era por esto y río internamente por esto, Marshall giro y los miro también:

- Si querías ver fuegos artificiales pude haber pagado para que los hicieran

Marshall río entre dientes, así parecen ser las personas que nacieron con dinero y jamás lo perdieron, el mismo pudo haber sido así, mientras pensó en esto una gota de callo en su nariz:

- ¿?

Después callo otra y ambos notaron que comenzaría a llover, corrieron hasta llegar nuevamente al deportivo negro, pero ya estaban empapados:

- Te llevaré a tu departamento

-NO!

Marshall hablo sin pensar y resultó así, Jules se sintió aturdido ante eso y miró a la otra persona pensativa, Marshall lo pensó, decir "Vamos a un hotel" sonará mal, pero en su propio departamento estará Joel, se mordió el labio interno y movió sus manos ansiosas:

- Vamos... a su casa, señor... por favor

El hombre pensó que eran palabras extrañas, pero no tuvo quejas y condujo hasta su departamento, apenas estuvieron dentro Jules tomo una toalla y se la entrego a Marshall:

- Puedes darte una ducha en la habitación de invitados... dame tus medidas y enviaré a alguien para que compre un cambio de ropa...

Marshall se las dio y entró a la habitación cerrando la puerta con seguro:

- ¿Cómo llegué aquí? ¿Marshall eres tonto o que?

Tuvo que tomar el pijama sobre la cama doble y entrar a darse un baño, cuando salió, se vistió salió de nuevo, Jules también se había duchado y se dedicó a leer en el sofá en medio de la habitación:

- Señor ¿Tiene la ropa?

- No hay tiendas abiertas por la hora ¿Por qué no te quedas aquí esta noche?

Marshall negó con la cabeza ansioso, la última vez que estuvo aquí fue obligado a firmar que trabajaría para este hombre, incluso fue amenazado:

- Me iré así...

- ¿En pijama? ¿Darás esa imagen como trabajador de mi empresa?

Jules dejó el libro a un lado y camino hacia Marshall respetando una distancia para evitar asustar a la otra parte:

- Duerme en la habitación para invitados, tienes mi promesa de que no haré nada ¿no lo dije? Siempre cumplo mis promesas, mañana tendré ropa nueva para ti y nos vamos juntos a la oficina...

Marshall se preguntó porque los ojos de este hombre lucían tan sinceros y diferentes hoy, tal vez es verdad que lo lamenta y quiere intentarlo:

- Bien...

Cuando estuvo en la cama a oscuras lo pensó cuidadosamente, él nunca ha estado en una relación sentimental y tal vez es así como deben ser las cosas en una, Jules parece interesado y Marshall recordó que Joel dijo que debía intentar salir con alguien

Él no sabe lo que es ir demasiado rápido o demasiado lento, nunca fue de leer libros de romance o ver películas por lo que está confiando en su propia mente en este punto

Dos Veces Dos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora