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Marshall apretó sus manos jugando con sus dedos y bajo la mirada sin poder mover la boca de nuevo, de hecho está ansioso:

- ...

Jules se sintió enojado sin entender la razón completamente, sus manos parecieron moverse solas cuando sostuvieron al chico y lo arrojo a la cama, Marshall se dejó caer sin emitir ningún sonido más que el de la cama moviéndose un poco, Jules lo miró desde arriba con esa admirada afilada, Marshall se sentó con un pequeño brincó y su cabello negro se movió de atrás a adelante:

- ¿No puedo que? Marshall soy tu jefe, hice que regresarás a trabajar para mí ¿Qué cosa no puedo hacer?

El ambiente se volvió tenso, Marshall apretó la manta con sus dedos hasta que los mismos se pusieron blancos por la fuerza y lo pensó un tiempo

Este hombre pudo volverse jefe de la compañía en la que trabaja y su ex jefe no era una persona cualquiera, entonces ¿Qué tan poderoso es el hombre frente a él? Y que cosa mala hizo Mica como para que él lo quisiera hacer sufrir a él... mejor dicho ¿En dónde esta Mica? Tal vez sea una ex pareja de este hombre quien huyo de él, esto no lo sorprendería si Jules siempre se comportó de esta forma:

- Te llevas mi paciencia

Jules sostuvo los hombros del chico y lo dejo caer hacia atrás aún poniendo presión en su cuerpo, Marshall no se movió, pensó en que decir para calmar a la otra persona aunque realmente la situación le causa incomodidad, Jules se sintió extraño al ver el rostro de la persona frente a él, la mirada se volvió más intensa y el chico debajo solo pudo esquivar su mirada girando a un lado solo para ser sostenido por la barbilla obligándolo a girar hacia el frente nuevamente

Marshall es alguien que siempre ha sentido todo más intenso en comparación a las demás personas, incluso en esta situación puede sentir la suave mano de la otra parte en su rostro y el anillo rasguñando su rostro, sus piernas rozando con las de Jules y el olor a lavanda del ambientador de la habitación, su cuerpo está sobre estimulado en este punto:

- Seño-

Pasaron unos minutos en silencio y esta vez ninguno de los dos pudo romper el silencio, sin embargo, el teléfono de Marshall cerca de ellos comenzó a sonar, ambos giraron observando el aparato vibrar en un pequeño trance, Jules pensó en ignorarlo, pero al ver en la pantalla el nombre "Joel" se sintió respectivamente aún más molesto:

- ¿Qué relación tienes con él?

Enfadado, Marshall lo miró un tiempo aun sin hablar, Jules se comenzó a desesperar teniendo que controlarse a sí mismo, al bajar la mirada vio la ropa del chico levemente levantada y tuvo una idea un poco retorcida, deslizó sus manos hasta el costado del abdomen pálido del chico quien apenas sintió el toque todo su cuerpo tuvo una descarga extraña tensando su cuerpo:

- ¿Qué hace?

- ¿Qué relación tienen?

El olor de Marshall lleno a Jules quien a pesar de estar molestando al chico se comenzó a sentir hambriento, no recordaba lo suave que era la piel de Marshall, incluso más suave que la de Mica ¿no es extraño que la piel varíe tanto?:

- Basta...

Marshall sintió una lágrima a punto de salir del rabillo de su ojo, esta vez recupero el control de su cuerpo y respiro con rapidez:

- Si me suelta... yo podre hablar así que por favor aléjese

Jules sintió que era una lástima y deseo que no le dijera, por un momento no quito su mano del abdomen del otro, pero finalmente sostuvo el teléfono del chico y se levantó:

- Él... es un amigo que conocí en la Universidad... es todo

Marshall pensó para sí mismo que tal vez no debía decir que vivían juntos, pero Jules sintió que no le decían toda la verdad:

- ¿Amigos?

- .... Sí..

Jules estuvo a punto de abrir la boca, pero su teléfono también sonó desde su bolsillo, lo levantó y vio la pantalla, Marshall pudo ver su expresión relajarse, era la primera vez que lo veía honestamente feliz de alguna manera:

- Hola, Harry...

El hombre salió de la habitación con el teléfono a un lado de su oreja, lanzando el otro teléfono a Marshall quien logró sostenerlo antes de que callera, solo cuando estuvo solo noto que sus manos sudan y sus piernas tiemblan, terminó dándose un baño y acomodando su ropa pues a la mañana siguiente se irían

Dos Veces Dos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora