Bernardette está parada al otro lado de la puerta del salón, no puede creer que está a punto de pedir a su madre que pacte una cita con Mathieu para hoy por la tarde.
Da un respiro profundo antes de entrar y tener que aguantar a Ophelié emocionada por haber conseguido lo que quería.-Madre- llama Bernnie al tiempo que va cruzando la puerta -creo que he reflexionado
Su madre la ve extrañada, está sentada el pie de la ventana bordando una servilleta, Bernardette nunca entra cuando Ophelié está bordando, no es una actividad que le agrade, esa no es la hija que conoce ¿Que está pasando?
-El joven Mathieu no es tan malo después de todo, creo que si me gustaría seguir viéndolo- se sienta en uno de los sillones más cercano y ve con una sonrisa; está usando todas sus habilidades para convencerla.
Una sonrisa se va dibujando en el rostro de Ophelié, la satisfacción de por fin haber conseguido un hombre que sea del interés de Bernardette llena su pecho de orgullo, es el mejor prospecto de toda la ciudad y no puede estar más feliz de que estén funcionando sus esfuerzos.
-Me alegra que por fin te hayas dado cuenta de que no hay mejor prospecto para ti que Mathieu, es un joven apuesto, responsable, culto...
- Si si, mamá- la interrumpe, no quiere escuchar todas las cualidades maravillosas del hombre, no le interesa - Por eso mismo quería preguntar si ¿Es posible verlo hoy en los jardines centrales?
- ¿Porqué tanta insistencia? Habíamos quedado de reunirnos el próximo sábado Bernardette- el bordado ha quedado de lado para este punto, Ophelié está intrigada con el repentino interés de su hija.
-Quiero verlo a solas, quiero decir - se retracta- acompañada de Rosella, es un poco incómodo que estemos rodeados y vigilados por ustedes y el señor ministro- guarda silencio para evaluar si su madre está creyendo lo que dice -No puedo ser yo misma con todos viéndome, por eso nunca hablo con él.
-No estoy segura, hace dos días no querías ni hablar con él y ahora quieres verlo en privacidad ¿Que estás planeando?- pregunta inquisidora, las dudas están llegando a su cabeza y empieza a sospechar que su hija tiene otras intenciones.
-Bueno haz lo que quieras madre, solo después no me reclames que no estoy poniendo de mi parte para encontrar un buen marido- se levanta del sillón y camina despreocupada volviendo a la misma actitud de siempre, está a punto de cruzar la puerta del salón cuando su madre la detiene.
-Está bien Bernardette, pediré que avisen al joven y si está dispuesto a verte te lo comunicaré.
Bernardette está sonriendo para sus adentros, no puede creer que lo logró.
-Esta bien madre, subiré a pintar a mi habitación- intenta disimular el jubilo y se marcha lo más pronto posible.
Estando en la privacidad de su habitación comienza a pensar como es que podrá escaparse para reencontrarse con Enjolras, ya no será tan fácil huir si Mathieu estará pendiente de su presencia al no haber más invitados en el encuentro.
Tiene que convencer a Rosella de que la ayude, ella sola no podrá llevar a cabo todo el plan.
Con gracia toca la campanilla asomada en la cornisa de la puerta, es la manera más civilizada de llamar la atención de la nana, artefacto que casi nunca utiliza, a menudo suele gritarle por las escaleras, correr por toda la casa buscándola o entrar sin aviso a la cocina para asustarla mientras hace sus deberes, está última opción es su favorita, le divierte ver cómo Rosella salta sin aviso cada que Bernardette entra a los gritos en la habitación.- ¿Bernardette fuiste tu quien llamo por la campanilla? - pregunta anonadada aún sin creer que haya usado el artefacto como debe ser.
- ¡Rosella! Mi más preciosa y bella amiga- se apresura a recibirla y jalarla adentro para poder cerrar la puerta- ¿Que te hiciste hoy que luces radiante? - Está más que claro que intenta adularla para contarle lo que sucede y convencerla de hacer lo que quiere.
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Hasta la muerte- Enjolras (Joseph Quinn)
Fanfiction𝓙𝓮 𝓷𝓮 𝓿𝓲𝓿𝓻𝓪𝓲𝓼 𝓺𝓾𝓮 𝓹𝓸𝓾𝓻 𝓽𝓸𝓲 1832 Paris Francia Sus ideales parecían bastante claros. No había manera de que se desviara del objetivo: La revolución y la igualdad de derechos para cada habitante de Francia. ¿O sí?