×DIECISEITE×

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×Addict×

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Samuel

Tengo que terminar estas estadísticas para mañana, y de paso la señorita Morales me pidió que le ayudara con los balances económicos. Y adivinen, a todo eso se lo unió un dolor de cabeza insoportable.

«Maldita migraña...»

Nunca en mi vida me gustó tener esa mierda que ni las pastas quitan. Digo, tampoco es como si no me gustara la herencia que nuestros padres nos transmiten a nosotros por medio del ADN, porque de ahí viene mi síndrome de Alejandría.

Pero vamos, no pedí que también me transfirieran tremendo dolor que afecta específicamente la zona del cráneo y no me deja trabajar.

En mi vida he odiado tanto algo como a eso, sin contar al hijo de puta que era el novio de Lolita.

Ese hijo de perra...

—¿Samuel, estás bien? ¿Quieres que te traiga algo? —la voz del bello y único ángel que se preocupaba por mi bienestar llega a mis oídos.

Y vaya que no pude evitar soltar una pequeña sonrisa, esta chica era muy buena conmigo, un poco ida cuando hablábamos pero sin contar eso, era una mujer increíble.

—Me encantaría pero... Como puedes ver llevo desde hace hora y media tomando mis pastillas y no sirven de nada. —le recuerdo.

Ella hace un mohín insatisfecha, pero sus ojos se iluminan cuando tienen una idea.

—¿Y si vamos y pedimos un té de limón?

«¿Para hacerme dormir como un bebé, o qué?» me pregunto con ironía.

Tal parece que también nota mi confusión, pero solo se limita a negar divertida.

Se pone de pie y hago lo mismo, y comienzo a seguirla por todo el lugar hasta que encuentra su bolso y saca su billetera.

Vale, con los meses que llevo conociendo la sé que no es de las chicas fáciles de persuadir. Cuando tiene algo en mente, lo hace. Estaría mintiendo si dijera que no me gusta eso de ella, porque me encanta.

Durante el camino no hizo nada más que lanzar miradas apenadas hacia donde estaba. Mentiría si dijera que no me causaba ternura.

Pero mientras iba pasando el tiempo me di cuenta de que si no decía algo ella no iba hacerlo, lo cual sería muy incómodo para ambos.

Carraspeo mi garganta para verla.

—El señor Gonzáles y la señorita Rubio dijeron esta mañana que necesitan los balances económicos se ventas para estos días.

Vale, acepto que no fue mi mejor comienzo pues lo que hice fue causarle nervios. ¿Pero de qué más podía hablar?

—Entonces debemos tener eso para dentro de una semana. —dice Silvia con muy pocos ánimos.

ఌ︎𝐴𝑑𝑑𝑖𝑐𝑡ఌ︎ •Rubegetta +18•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora