Creo que alguien está enamorada ¿Se le ofrece algo a usted señor?

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Narra Mayte

Bajamos del ferry totalmente felices, sentía una plenitud dentro de mi que no sabría explicar jamás me imaginé estar en esa situación justo en un camarote y mucho menos el disfrutar tanto esas dos horas de camino, llegamos al muelle bajamos rápidamente y ahí estaba Chucho con una sonrisa esperándonos.

Chucho: Hola May pero mira que hermosa estás-Dijo sonriendo y me abrazo.

Mayte: ¡Chuchin!-Dije con una sonrisa abrazándolo fuertemente-No sabes lo que te he extrañado-Dije guiñándole un ojo mientras sonreía.

Chucho: No tengo dudas de eso pero te miro diferente, ¿te cortaste el cabello allá?-Dijo mirándome fijamente y finalmente sonrió-Creo que alguien está enamorada-Dijo mirándome burlón y volteé hacia atrás mirando la causa de este esplendor-No me digas más ya sabemos la razón-Dijo riendo.

Mayte: Ni una palabra a nadie de esto Chucho-Dije señalándolo y levantó ambas manos.

Chucho: Tienes mi palabra, no me gusta meterme en asuntos que no son de mi incumbencia-Dijo sonriendo y le extendió la mano a Mayte-Bienvenido señor, permítame llevar las maletas hasta la camioneta-Dijo tomando ambas maletas caminando rápidamente tomando cierta distancia de nosotros, comenzamos a caminar hasta la camioneta cuando sentí que me dieron una nalgada aún venía con la excitación del momento así que solté un pequeño gemido y al voltear a mirar a Manuel este estaba con las mejillas rojas mirándome con una sonrisa.

Mayte: No hagas eso o nos tendremos que perder otras dos horas en algún lugar discreto que haya cerca-Dije mirándolo y pude ver cómo su amigo se levantó-Manuel oculta esto-Dije pasando mi mano rápidamente sintiendo lo duro que estaba y él tragó saliva-Vamos-Dije riendo divertida pues había soltado un suspiro.

Manuel: Cuando lleguemos tendrás que quitarme las ganas-Dijo en mi oído haciendo que me estremeciera.

Mayte: Deberíamos de estar en camino ya-Dije sonriéndole y este suspiró.

Subimos a la camioneta donde ya se encontraban Agustin y Lupita con las maletas listas y con los informes que debíamos de ver Manuel y yo, en el transcurso para llegar a Mérida analizamos cada cláusula dándonos cuenta que necesitábamos más obreros para que terminara antes de tiempo la construcción, firme todas las hojas autorizando el comenzar la construcción, al ir llegando a Mérida ordené a Chucho seguir de largo hacia la Ciudad de México y así fue, el camino fue tranquilo pues Agustin y Lupita se quedaron dormidos a medio camino, Manuel estaba por caer rendido pero mi afán por molestarlo era más grande que el sueño que me estaba dando, acerque mi mano a su pierna haciendo que el me mirara fijamente al comenzar a masajear a su amigo encima de la tela del pantalón suspiró negando con la cabeza haciéndome reír pues su amigo ya estaba despertando de nuevo.

Chucho: May me parare en la gasolinera ¿Quieren algo?-Dijo mirándome por el retrovisor.

Mayte: Creo que sólo iré al baño-Dije sonriendo amablemente y Chucho asintió.

Chucho: ¿Se le ofrece algo a usted señor?-Dijo mirándolo por el retrovisor.

Manuel: También iré al baño-Dijo tratando de tener seriedad pues yo estaba acariciando a su amigo que se ponía cada vez más duro y Chucho asintió.

Chucho: -Baja de la camioneta y nos abre la puerta-Cargare gasolina mientras van al baño-Dijo sonriendo amablemente.

Me baje de la camioneta dirigiéndome hacia la baños me percaté que solo eran dos uno de hombres y el otro de mujeres cuando estaba a punto de entrar Manuel me tomó de la cintura entrando rápidamente al baño conmigo colocó el seguro en la puerta mientras comenzábamos a besarnos, el calor en la pequeña habitación aumentaba junto a mis ganas por tenerlo nuevamente dentro de mí, Manuel subió mi vestido y acaricio mis muslos, fue bajando su mano lentamente hasta llegar a mi intimidad sonrió pues aún seguía muy húmeda en un ágil movimiento bajo mi braga y bajo él poniendo su cara entre mis piernas subí una pierna en su hombro mientras que una de mis manos la tenía en su cabeza y con la otra intentaba mantener el equilibrio teniéndola en la pared, fueron un par de minutos realmente satisfactorios para mí hasta que lo miré a los ojos y este se relamía los labios, se volvió a poner a mi altura aún con la pierna en su hombro sacando rápidamente a su amigo que sin avisar lo metió dentro de mí haciéndome gemir fuertemente, así fueron las siguientes embestidas fuertes y rápidas, estaba disfrutando este momento con Manuel quien tenía su cara escondida en mi cuello dejando besos en él hasta que nos interrumpió el sonido de la puerta haciendo que nos miráramos espantados y Manuel al moverse me lo dejara ir todo haciendo que pusiera los ojos en blanco mordiendo mi labio para callar el gemido y este sonrió dejando un beso sobre mis labios.

Cambiando el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora