Cambiando el destino

Al que madruga Dios le ayuda

Narra Manuel

Acababa de tener la mejor mañana de mi vida, había comenzado con un mañanero a lado del amor de mi vida, tenía bastante tiempo necesitándola y esta había sido la mejor mañana para matar las ganas, había disfrutado con nunca a su lado, amaba ver sus mejillas coloradas y su pecho rojizo del calor que le invadía estar en esta situación.

Mayte: Se te enfrió el desayuno-Dijo mirándome con una sonrisa nerviosa haciéndome reír.

Manuel: Mientras que tú sigas caliente no tengo problemas con la comida fría-Dije guiñándole un ojo haciéndola sonrojar muchísimo más-¿Me acompañas?-Dije mientras entraba de nuevo en ella y movía lentamente mi cadera mirándola fijamente a los ojos, estaba encantado con su mirar, sus pupilas estaban bastante dilatadas y en el brillo de sus ojos se me reflejaba la luna, luna que había presenciado mi noche en vela acompañándola en sus sueños.

Mayte: Manuel si continuamos no podremos...mhmm...que rico-Dijo suspirando mientras volteaba sus ojos con una sonrisa en su rostro.

Manuel: ¿Eso quiere decir que quieres que siga?-Pregunté mientras continuaba con el vaivén haciendo más rápidas las embestidas y ella asintió sin emitir ni una sola palabra solo gemidos salían de su garganta, sentía como se estremecía en cada roce de nuestros cuerpos, comencé a besar uno de sus pechos mientras acariciaba el otro, mientras miraba como se erizaba su piel minutos después logramos llegar de nuevo al punto más alto de placer, sentía a Mayte estremecerse mientras se arqueaba su espalda debajo de mí, había logrado una vez más hacer a Mayte estallar de placer, nuestras respiraciones bastante agitadas, las gotas de sudor recorriendo nuestros cuerpos húmedos y tibios teniendo nosotros las ganas para amarnos más.

Manuel: Tengo hambre-Dije suspirando mientras la miraba fijamente.

Mayte: Aún está servido listo para comer-Dijo guiñándome un ojo sonriendo con complicidad haciéndome sonreír de la misma manera-En la bandeja claro-Dijo fingiendo inocencia y sonreí.

Manuel: ¿Quieres?-Dije tomando una fresa pasándola por sus labios y está asintió dándole una pequeña mordida.

Mayte: Mhmm...esta deliciosa-Dijo sonriendo.

Desayune acompañado de Mayte quien me aseguraba ya haber desayunado pero aún así probaba cada bocado que le daba, terminamos platicando sobre lo que haríamos al regresar a la ciudad, una visita pendiente que teníamos a Yucatán para supervisar la obra y por supuesto una visita a Holbox para ver a la adorada Ale Tamargo, después de desayunar nos quedamos simplemente abrazados en la cama juntos sin decir nada hasta que Mayte rompió el silencio.

Mayte: Me daré un baño, quizá nuestros invitados están preguntando por nosotros-Dijo sentándose de golpe en la cama nerviosa.

Manuel: No lo creo-Dije relajado y esta me miró frunciendo el ceño-No creo que pregunten por nosotros sabiendo que dormimos juntos después de tanto tiempo separados-Dije sonriendo con complicidad y esta se sonrojó.

Mayte: Tienes razón pero tengo que salir a ver qué tal están mis niños-Dijo poniéndose de pie descubierta dejándome ver perfectamente su maravillosa figura anatómica.

Manuel: Creo que también tomaré un baño-Dije mirándola con una sonrisa y esta me miró preocupada frunciendo el ceño.