Capítulo 10

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No faltaba ni un día en el que Dream no lo molestara o fuera víctima de sus burlas. Por si fuera poco, no se libraba de él después de clases. Lo tenía que ver hasta en los partidos. Podría salir del grupo de porrista, pero no encontraban un reemplazo hasta el momento.

Acababa de terminar uno de los partidos. Sus amigos lo esperaban en la gradería y George fue con ellos.

—A veces me pregunto si los alumnos vienen a ver el partido o solo a las porristas —dijo Sapnap.

—Sinceramente yo solo vengo a ver a George —aclaró Karl—. ¿Vas a ir a cambiarte?

—Voy a esperar un rato para que los vestidores estén vacíos. No quiero cruzarme con Dream y sus estúpidos compañeros. Por suerte los partidos ya acaban la próxima semana.

—Y llegan los exámenes... Propongo la casa de Quackity para estudiar.

—¿¡Por qué mi casa!

—Porque nunca nos invitas a tu casa.

—Siempre quise ir a la casa de Quackity. Me imagino su casa de colores y con mariachis tocando en la entrada —dijo George.

—No porque sea mexicano significa que mi casa tenga mariachis. ¿Y se supone que tú eres el más inteligente de los cuatro?

—Sí —George le sacó la lengua—. Bueno. Iré a cambiarme.

George se despide y toma su bolso que sus amigos estaban cuidando. Va a los vestidores y tiene la suerte de que esté vacío o al menos eso era lo que pensaba.

Deja su bolso sobre una de las bancas cuando escucha unos ruidos extraños provenientes de la zona de las duchas. Intenta ignorarlos y hace el menor ruido posible para pasar desapercibido.

—Dream, más, más —escucha a alguien gemir.

George se queda paralizado. No tanto porque sabe que Dream está ahí, sino porque esa voz no era la de una chica. Era de un chico.

Mira la puerta esperando que nadie este afuera y asoma ligeramente su cabeza a la zona de las duchas.

Sus ojos se cruzan con los de Dream por un fragmento de segundo. Puede distinguir también al otro chico. Sabe que es compañero del equipo de Dream y está seguro que él tenía novia.

Se oculta nuevamente en los vestidores. Su respiración está acelerada. Era como si no hubiera tenido que ver eso. Claramente no tenía que ver eso.

Escucha a Dream acercarse mientras maldice.

Intenta fingir que no vio nada y se viste rápidamente cuando siente la presencia de Dream detrás suyo.

—¿Podemos hablar?

George voltea lentamente mientras termina de acomodarse la ropa. Cuando voltea totalmente se da cuenta que Dream solo tienen una toalla rodeando su cintura.

—Tengo que irme —dice en voz baja, tomando su bolso.

—No —Dream lo sostiene del brazo—. Tenemos que hablar.

—No hay nada de qué hablar.

—Por favor, no digas nada —por primera vez escucha a Dream nervioso—. No soy gay y él tampoco. Solo estábamos experimentando.

—No debes darme explicaciones.

—Haz como que no viste nada.

George estaba a punto de aceptar quedarse callado acerca de lo que había visto, pero una pequeña voz en su cabeza lo hizo dudar. ¿Y si se aprovechaba de la situación?

—¿Y por qué tengo que hacer lo que me dices?

—Porque me amas —Dream lo toma de la barbilla.

—No te amo. No después de lo que me hiciste. Eres tonto si piensas que me voy a callar después de exponerme de esa forma tan enferma.

—Lo siento por lo que hice. Pero tú muy bien sabes de lo horrible que es que te traten de esa forma, así que no hagas lo mismo conmigo, ¿sí?

—No. Ahora suéltame.

—George, por favor. ¿Qué es lo que quieres?

—Solo deja de molestarme.

—Bien. No te voy a molestar.

George sonríe. Eso había sido más fácil de lo que pensaba.

—Y quiero que me regales chocolates todos los días.

—Es demasiado. ¿Qué tal una vez al mes?

—Una vez por semana.

—Trato.

En cuanto Dream lo soltó, salió corriendo a la puerta principal donde seguramente sus amigos lo estarían esperando.

—¿Por qué demoraste tanto? —le preguntó Karl—. No me digas que te encontraste con Dream.

—No, estaba vacío por suerte.

—Voy a creerte porque te ves muy feliz como para haberte encontrado con Dream.

George solo río. Al fin el universo estaba de su lado.

...

A la semana siguiente lo primero que vio en la mesa fue una barra de chocolate. Volteó a ver a Dream, pero este solo giró a ver a otro lado.

—Un admirador secreto, eh —le dijo Sapnap con tono burlón.

—Sí, secreto —dijo George, riéndose.

Karl solo lo miró confundido. Estaba feliz de que George volviera a estar bien, pero había algo que no lo tenía tranquilo.

Así fue como Dream dejó incluso de dirigirle la palabra y solo le dejaba chocolates una vez a la semana sin decir nada.

...

Aquel día George estaba saliendo del instituto después de una de las prácticas con las porristas. Sus amigos ya se habían ido, por lo que estaba solo. Estaba tan concentrado en su celular que no se dio cuenta que había alguien delante suyo y chocó.

—Lo siento —murmuró.

—Mira por donde vas —le dijo Dream en un tono serio.

George solo lo ignoró y siguió atento en su celular. No se había fijado, pero justo cuando estaba cruzando la calle un auto se acercaba. Volteó su cabeza viéndolo tan cerca sin saber cómo reaccionar.

Tan solo cerró los ojos y sintió como alguien lo empujaba haciendo que cayera al suelo.

Abre sus ojos y el dolor es mínimo. Se ve a sí mismo y solo nota algunos rasguños. Ve a varias personas acercarse, pero no van hacia él.

Voltea su vista hacia donde van todos y ve a Dream tirado en medio de la pista. Hay sangre a su alrededor. Ni siquiera se mueve. ¿Dream lo había salvado?

¡No soy una chica! [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora