19.

170 14 53
                                    

Pov. Narrador

Había pasado un mes desde el incidente con Tiff y Mitch, desde entonces los campistas han buscado la manera de irse, sin éxito alguno claramente, y no hace falta decir que la comida era casi escasa, algunas noches tenían que ir a dormir para no sentir hambre.

Supieron que debían hacer algo cuando llegaron aquellos días tormentoso para cualquier mujer, si de por si pasar por el periodo en la comodidad de tu casa era difícil, a Sammy, Yaz y Brooklynn se les complicó aún más en aquella isla. Por fortuna cuando Yazmina se lastimo su tobillo, las otras dos campistas consiguieron toallas femeninas y las guardaron para cuando esos momentos llegarán.

Los chicos por otro lado trataban de no hacerlas enojar o acabar con su paciencia, pues Kenji se llevó de primera mano la furia de la mayor del grupo en el primer día del periodo de esta, en defensa del peli-negro no tenía la menor idea de lo que le estaba pasando a la castaña.

Con Sammy era un poco más caótico, pues la texana era muy sensible, lloraba hasta por la cosa más pequeña, era entonces cuando los chicos trataban de hacerla reír o distraerla para evitar su llanto.

Brooklynn por otro lado era más tranquila, algún que otro antojo que no podía ser satisfecho la llevaba a estresarse y a qué sus cólicos menstruales la hicieran caer en su cama haciéndose bolita para tratar de soportarlos. Ya a nadie le sorprendía que en esos momentos, el mayor del grupo se volviera más servicial y cariñoso con la peli-rosa de lo que ya era.

Pero ahora las tres chicas podrían calmar sus ansias, pues luego de una fuerte tormenta en la isla y con ayuda de desconocido lograron encontrar bastante comida para su estancia en la isla.

—Estoy repleta, creo que dormiré un poco— dijo Yaz recostando se en el sillón.

—¿Ya te sientes mejor?— le preguntó el castaño.

—Si, pero estaría mejor si esta cosa se va para siempre— se quejó cruzando los brazos —Odio ser mujer.

Los chicos y Brooklynn rieron un poco antes de escuchar un sollozo de parte de Sammy.

—Es verdad. ¿Por qué esto nada más nos pasa a nosotras?— lloriqueo —Maldita naturaleza injusta, esto también les debería pasar a los hombres.

Mientras que los chicos intentaban calmar a la texana contándoles las desventajas de ser hombre, la peli-rosa miraba su barra de chocolate, se le había antojado hace un rato pero ver a su amiga de esa manera no le gustaba.

—Ten, Sammy. Esto te hará sentir mejor— dijo la menor extendiendo el dulce para que lo tomara.

—Pero es tuyo, además es el último que queda.

—Si, pero ya no tengo hambre y no se me antoja el chocolate.

Las lágrimas volvieron a inundar los ojos de la peli-negra —Gracias, Brooklynn. Eres la mejor— se lanzó a abrazar a la nombrada.

Luego de que conversaran un rato más, la ojiverde se disculpó con sus amigos para bajar y sentarse en el puente del arroyo como hacia de costumbre. Se quedó ahí pensando en cualquier cosa tratando de soportar los pequeños cólicos que empezaban a doler en su vientre.

Pov. Brooklynn

Eva maldita, no sabes cómo te odio. ¿Por qué tenías que comerte esa manzana? ¡¿Por qué?!

—¿Estás bien?— la voz de Kenji me detuvo de seguir quejándome.

Trate de asentir pero un dolor intenso en mi parte baja del estómago me hizo encogerme. Diablos, se sintió como si me hubieran acuchillado.

Sin Importar Nada, ¡Te Amo! (Brooklynn x Kenji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora