capitulo/4

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Se levanto como una momia recién resucitada en cuanto un dulce aroma se apodero de sus fosas nasales.

Sin pensarlo y con el pijama aun puesto, bajo las escaleras casi
zombie pero hambriento y cuando entro a la cocina se
sorprendió.

-Oh.. buenos días, Hyung-lo saludo Soobin viendo el cuerpito del pelinegro casi recostado sobre la entrada de la cocina.

-Hola-saludo acercándose entre un bosteza.

Vio de cerca lo que sea que estaba haciendo, mientras se tallaba los ojitos para ver con mejor claridad, sin notar que alguien lo veía con ternura absoluta a aquella acción.

-¿Qué es?- hablo curioso el mayor.

Entonces el rubio podía confirmar lo que le había dicho Yeonjun, Huening era mucho más tranquilo cuando a penas se levantaba, normalmente la gente cuando se despierta es enojadiza pero en el caso del pelinegro era todo lo contrario.

Tan diferente...

-Panqueques, pero hice variados, de banana, marmolado y con chip de chocolate-explico orgulloso Soobin viendo los ojitos ahora brillosos en su Hyung.

-Wow-dijo sorprendido y sonriendo sin la compañía de sus blancos dientes, oliendo la dulce fragancia que aquellas
preparaciones emanaban.

-Me desperté temprano y fui al mercadito de la otra cuadra a comprar los ingredientes que me faltaban- comento Soobin dando vuelta en el aire el ultimo panqueque que le quedaba.

-La próxima me avisas, tengo que llenar la heladera otra vez- pidió el acanelado chico yendo a prender la pava eléctrica.

-No te molestes, puedo prepararlo todo por mi cuenta para ambos aviso sacando saquitos de té de la cajita de la cocina del dueño de la casa-por favor, espera sentado- suplico colocando el ultimo panqueque en el plato.

Huening lo miro por unos segundos y luego asintió con un leve puchero, se sentó en la silla y espero, haciendo caso al rubio.

De vez en cuando desviaba la mirada hacia el gran cuerpo musculoso moviéndose del menor, le preparaba el te con leche que Kai amaba mucho, mientras el mismo se preparaba su café.

Desvió nuevamente la mirada desinteresado una vez que lo vio acercarse con todo el desayuno listo.

Olía tan bien y se veía tan bien, que no pudo evitar soltar un suspiro con una nueva sonrisa en su rostro.

-G-Gracias agradeció mordiéndose los labios nervioso. -No hay de que-contesto el rubio sentándose y comenzando a
comer.

Luego de aquel intercambio de palabras, Huening lo imito y ahora ambos se encontraban desayunando cómodamente o al menos eso era lo que sentía el pelinegro que sin poder evitarlo se sentía feliz de tener compañía en su gran casa.

Si bien, Yeonjun a veces se quedaba a dormir, pero no siempre, sabia que era estúpido lo que estaba pensando, pero sabia que Soobin se iba a quedar un buen tiempo con el y podría
acostumbrarse a despertar y comer con alguien.

Había pasado solo cuatro o cinco días, dias que el dueño de casa hacia el desayuno para ambos, pero como ayer se quedo hasta tarde leyendo un libro, Choi sabia que era su oportunidad de poder impresionarlo, no por nada vivió tantos años solo, algo tenia que saber como cocinar bien.

-Esta buenísimo-halago el mayor sintiendo exquisito aquellos panqueques y casi como cuando Soobin probo los de el, gimió de lo bien que sabían.

Pero diferente a como reacciono, el rubio se quedo paralizado en su lugar, ¿qué era lo que acaba de escuchar?, fue un gemido efectivamente, uno de lo bien que sabia la comida que había cocinado.

[ꪻꫀꪑρꪻ꠸ꪀᧁ] •SooKai•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora