#2 - Los Pétalos del Amor

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Tras casi un mes desde que ocurrió el desastre Dinamax en Alola, la ciudad ya se había recuperado al completo de los daños causados por Eternatus y la Noche Negra.

Y no solo las reconstrucciones de la ciudad habían terminado, la estancia en Alola de nuestros protagonistas también estaba por llegar a su fin. En unos pocos días regresarían a Kanto, pues su encargo de investigación ya se podría dar por concluido.

Esa misma noche, Goh y Koharu se estaban preparando para dormir. Ash no se encontraba con ellos puesto que para el día siguiente tenía que cumplir con sus responsabilidades como campeón que descuidó por un tiempo, siendo llamado por el Alto Mando para preparar todo desde el día anterior, aunque cuando hablaron con el azabache hace algunos minutos se le notaba cansado.

- Ah~ - suspiró el pelinegro mientras se acostaba en su saco de dormir - Quién diría que ser campeón sería tan difícil

- Es un cargo importante - respondió la chica de orbes verdes, sentada en el sofá del altillo - No puede estar libre de responsabilidades

- Tienes razón... - Goh bostezó, con cierto cansancio - ¿Sabes? Estar los dos aquí me hace recordar las veces que me quedaba a dormir en tu casa cuando éramos niños... Koru

- ¿Q-Qué? ¡Pe-Pensé que habías olvidado ese apodo! - respondió Koharu, sonrojada y avergonzada

- Perdón, perdón - se disculpó el chico entre risas, adormitado - Es que... También recordé lo mucho que me gusta llamarte así...

Tras esas últimas palabras, el pelinegro terminó por caer rendido, cosa de la que Koharu se dio cuenta cuando iba a responder a lo que había dicho antes de quedarse dormido.

- Tonto... Que me llames así es jugar con mis sentimientos... - admitió en voz baja, mientras cubría su rostro sonrojado con sus manos - Eso no es justo...

Estando tan metida en sus pensamientos, principalmente en aquellos que trataban sobre sus sentimientos por el pelinegro, Koharu también terminó por caer dormida.

Al día siguiente

Los primeros rayos de luz del amanecer bañaban gentilmente las costas de la región Alola, junto con el cantar de los Pikipek que alzaban vuelo en busca de su alimento.

En la playa, un poco alejado de la casa de los profesores, una silueta conocida se encontraba sentada en la orilla. Goh miraba hacia el horizonte con la mirada perdida, había madrugado y ni él sabía la razón, o bueno, no quería aceptarla.

- ¡Soy un idiota! - gritó, espantando a algunos Wingull que había cerca, al mismo tiempo que se revolvía el cabello - Se supone que debes pensar antes de hablar, maldita sea... ¡Tienes 16 años, Goh! ¡Piensa-antes-de-hablar!

En su mente aún se repetía el vago recuerdo de haber llamado a Koharu por ese apodo infantil que le puso cuando eran niños. Siendo consciente de que era algo muy personal y especial para ellos, también estaba el hecho de que admitió que "le gustaba llamarla así", siendo una confesión indirecta a ojos del chico.

La conocía desde el jardín de niños, y cuando menos lo esperó, ese sentimiento llamado amor lo asaltó sin previo aviso. Él deseaba poder decirle todo aquello que su corazón callaba, y luego de lo sucedido la noche anterior, sabía que este era el mejor momento.

Eso sí, necesitaría ayuda y Ash no estaría disponible la tarde por cumplir con sus obligaciones como campeón, pero si había alguien que vivía cerca y que podría ayudarlo con esto.

A pesar de que el sol apenas estaba saliendo, emprendió rumbo a las Afueras de Hauoli, preguntándose si su amigo estaría despierto aunque era obvio que no iba a ser así, llegando a su destino en tan solo pocos minutos.

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⏰ Última actualización: Jun 13, 2023 ⏰

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