Lumine.Cuando abro los ojos me da miedo moverme. La habitación brilla en colores cálidos y el sol invade por una gran ventana, pero controlado porque una larga cortina de tela verde cubre el agujero en la pared. Miro debajo de la sabana y me doy cuenta de que no llevo mi ropa cotidiana puesta, sino un camisón blanco que me llega hasta las rodillas. Eso me pone en alerta, intento levantarme pero una mano en mi pecho me detiene.
—Espera, espera. La herida en tu espalda es muy reciente todavía, no hagas movimientos bruscos.
Es una voz conocida, muy particular, y aunque lo escuche vagamente como si estuviera lejos, logro reconocerlo. Suspiro en alivio. Tighnari.
—¿Dónde estoy? ¿Dónde está Paimon? ¿Y Childe? —me detengo un segundo y pienso en una pregunta más importante. —¿Y el tipo malo?
—Calma. Ya tendrás tiempo para hacer preguntas. Ahora necesito revistarte una última vez. —me resigno en mi camilla muy poco contenta y hago lo que me pide. Abro la boca, sigo la luz de un extraño artefacto elemental y me quejo un poco cuando masajea mi espalda. Sonríe feliz y anota unas cosas en lo que supongo que es mi expediente médico. —Tu cerebro parece estar bien, me preocupaba que el golpe en la cabeza haya causado un daño interno. Solo vas a tener una pequeña cicatriz en la frente, eso es todo. —hay cosas que Tighnari no sabe, y una de ellas es que no voy a tener una cicatriz en la frente. Varias marcas viejas todavía son visibles, pero no tanto. Si tuviese todo mi poder la habilidad de regeneración sería mucho más rápida. La única cicatriz que parece no querer difuminarse son los dos tajos en lugar de alas. Parecen lápidas.
Pero no necesito perder tiempo explicándole mi anatomía a un humano con algún linaje que desconozco, incluso si lo intentara, él no lo entendería.
Asiento en agradecimiento y quitó la manta de encima mío, pero vuelven a detenerme.—No te recomiendo caminar ahora. Tu herida podría abrirse, no hace mucho que llegaste. —lo miro frustrada y pongo ambos pies en el suelo, el arrepentimiento es instantáneo. Mis piernas flaquean y por suerte Tighnari esta ahí para sostenerme. —Recuéstate. Pediré que te traigan algo para comer y si quieres ahí podemos conversar.
Me trago la vergüenza y vuelvo a envolverme con la suave tela amarillenta. Él desaparece detrás de unas cortinas blancas. Ahora, sola, puedo pensar.
Trato de recordar lo último vivido. El Heraldo desquiciado me perturba con su sonrisa. Necesito saber qué era ese sonido tan insoportable con el que consiguió aturdirme, a tal punto de que tuvo el lujo de hacerme un corte. ¿Cómo pelearé alguien así? Un pánico desconocido recorre mi pecho.
Giro hacia el otro costado para calcinar otras dudas. Trago fuerte antes de procesar la pregunta.
¿Estará vivo?
Seguro que sí, sino Tighnari me lo habría dicho, pero necesito confirmarlo yo misma. Necesito verlo, tocarlo, sentir su pulso. Quiero oír su corazón.
Oír. Recuerdo mis tímpanos maltratados casi de inmediato, intentaré concentrarme en ello. Cierro los ojos y me esfuerzo en captar sonido; las risas de los niños jugando fuera de dónde sea que esté, los pájaros canturreando y susurros a una poca distancia. Esto no me sirve, necesito más. Necesito poder escuchar lo mismo que antes de este evento. Como cuando podía oír los zumbidos del poder elemental, la respiración desequilibrada de la gente que me rodeaba o distinguir a profundidad cada palabra de una conversación ajena. El terror de haber perdido mi oído de aventurera me baja por la espalda como un hilo de agua helada.
Respiro. Debo calmarme. Mi audición no se ha ido, volverá en algún momento. Debe estar muy herida, pero se recuperará y regresará. Principalmente porque la necesito, y también porque este poder de la regeneración incluye cuerpo completo, no solo heridas superficiales.
Me entierro los dedos en las orejas como si quisiera destaparlos, pero cuando los quito, siguen igual. Claramente es un problema que va más allá de una tonta cicatriz.

ESTÁS LEYENDO
Cristal || Chilumi
FanfictionChilumi en descomposición lenta. Escapando de un ejército Fatui y de la Arconte Cryo, Childe se escabulle intentando llegar a Snezhnaya lo antes posible y por caminos deshabitados. Convence a Lumine de acompañarla en su viaje y así, según él, hacerl...