Muerte a la muerte
Una era en la cual no existen los autos o la tecnología, ni mucho menos la electricidad, o la violencia producida por armas de fuego. es en una era como esa en la que estoy atrapada. ¿Atrapada? te preguntarás, sí, tal y como lo lees. A fin de cuentas, la situación en sí es bastante sencilla. un día te das cuenta de que tu existencia trasciende de los mundos, pero no importa que tan omnisciente seas, siempre estarás atado a un destino del cual nunca podrás separarte por lo que es totalmente indiferente la muerte, ya que la verdad del mundo y su destino te perseguirán hasta que tu existencia desaparezca.
¿Qué se hace en situaciones como esa? porque ya he probado de todo. Viví de todas las maneras posibles, de todas las formas de las que puedas imaginarte. Fueron tantas las situaciones que he atravesado que es muy probable que nunca pueda recordar todas y cada una de ellas.
Experimenté las glorias del líder de una potencia continental, como también las penurias de un mendigo en una tierra llena de injusticias y enfermedades. La emoción de un héroe en batalla, como la tranquilidad de un siervo que sirve a su maestro. Los logros de un erudito y las suertes de un millonario, como también las pestes de un mercenario y las tristezas de una madre viuda con sus hijos muertos.
Incluso lo peculiar que puede llegar a ser la vida de un animal.
Alguna vez llegué a engañarme a mí, pensando que el conocer las verdades del multiverso y todas sus dimensiones serviría de algo, para un propósito mayor, pero al final terminé confirmando lo que más temía. Una vez "Dios" pierda el interés en tí, no habrá nadie más que le dé sentido a tu propia existencia que tú mismo, pero luego de tanto tiempo en un mismo mundo, sin posibilidades de morir debido a las capacidades del cuerpo que tengo ahora, he perdido la ilusión de tener ese deseado propósito del que tanto anhelo.
Sin posibilidades de morir, he quedado atrapada en este mundo, y sin un objetivo claro, me he dejado a la deriva. Cansada de tanto existir, cansada de mi propia conciencia.
Pronto, mi camino sin rumbo se chocó con el de una familia asolada por la muerte. Huh, qué envidia.
mirar a los ojos de la muerte se ha vuelto algo molesto, cada vez que veo a esta muerte acechando me llenó de impotencia, al ver que ser tan inútil no pueda cumplir su único papel en este mundo de arrebatar vidas, y no pueda hacerlo en mí.
¿Quién diría que fuera tan placentero arrebatarle la vida a la muerte?
Ya que para mí, la muerte puede tomar muchas formas, desde una enfermedad, hasta una enorme criatura mítica. Por lo que esa enorme alimaña es la muerte para esta familia; o al menos así era hasta que me topara con ellos.
Ahora yo podría ser la muerte de esta familia. Sin embargo, no sé si es un capricho, o lo que queda de una maleable moral, ya sea apatía o una falsa misericordia, no quiero ser yo la que les arrebate la vida. Sus miradas llenas de vida me llenan de nostalgia, conozco ese sentimiento, lo recuerdo mejor que nadie. Cada vez que sentía que había cumplido mi destino, era una sensación celestial, una droga, tan adictiva al punto de que no me importaba las veces, nunca era suficiente, siempre había otra forma de alcanzar mi destino, pero al final, como podrás darte cuenta, no sirvió de nada. Una basta experiencia que lentamente va desvaneciéndose hasta perderse en el tiempo.
El brillo tan hipnotizante de sus miradas aliviaron mi conciencia entrometida y molesta. Una dulce tranquilidad envolvía mi respirar cada que hacía contacto visual con ellos. Es tan suave y tranquilo como el flotar sobre suaves aguas, hasta olvidar la sensación de la gravedad misma.
Sé que no será así todo el tiempo, sé que esta acogedora tranquilidad no durará para siempre, pero al menos es mejor que vagar sin algo con lo que distraerme. Disfrutar de estas luciérnagas parpadeantes es una forma agradable de pasar el tiempo.
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Esta es de las pocas historias a las que me dediqué a ponerle sus capítulos y todo, incluso hasta sinopsis.
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Epifanía
FantasyUna recopilación de historias cortas que empecé y nunca terminé. Todas se me fueron ocurriendo cada madrugada. Fueron escritas con mucha creatividad y mucho sueño. Espero que les distraiga tanto como me distrajo a mí escribirlas. Podrán ver un cúmul...