Alex le miraba fijamente, como si intentara averiguar qué demonios hacía su ex jefe tocando el timbre de su casa.Se veía tan guapo como Rhys lo recordaba, aunque completamente diferente al mismo tiempo, su rostro normalmente inescrutable parecía agotado, tenía ojeras, y sus mejillas rojas de un color que no podía ser saludable, además de que parecía ligeramente más delgado que cuando se conocieron. Respiraba algo agitado como si se esforzara por estar de pie. Su cabello estaba desordenado en todas las direcciones.
Honestamente le daba una idea de como luciría el hombre después de un orgasmo y eso no ayudaba a encontrar las palabras adecuadas.
Rhys jamás había visto a Alex con algo que no fuera camisa blanca inmaculada, corbata y pantalones de vestir, esa era la primera vez. Este llevaba una playera blanca con el logo de Levi's que le quedaba algo grande dejando ver sus blancas clavículas, y unos pantalones de chándal holgados.
-¿Qué haces aquí, Maximov?.- inquirió con ese tono poco amigable con el que siempre le hablaba.
Su voz sonaba ronca, y entonces Rhys cayó en la cuenta que que ese estado en que se encontraba no era por un orgasmo, sino que Alex estaba enfermo, y agotado, y...
Mierda.
-Necesitaba hablar contigo ¿puedo pasar?
-No.
Rhys frunció el ceño, pero asintió renuente, no iba a presionarlo, no cuando estaba caminando sobre una línea tan delgada. Por lo que fue al grano.
-Quiero que vuelvas a Industrias Maximov.
-Ya, y yo quiero que Michael Jackson vuelva a la vida pero las cosas no siempre son como uno las quiere.
-Alex...
-Enserio, Maximov.- dijo frustrado.- No puedes venir y ordenarme que vuelva a trabajar allí esperando que yo vuelva encantado como si nada hubiera ocurrido y luego seamos los mejores amigos. Así no es como funcionan las cosas.
-¿Tienes fiebre?
-No me cambies de tema. No voy a volver.-dijo con firmeza, alzando el mentón con un gesto altanero. Rhys pensó que de cierta forma era un poco tierno que se quisiera mantener tan entero cuando estaba a dos pasos de ser soplado por el viento.
Dio un paso adelante e ignorando todo asomo de racionalidad, puso su mano sobre la frente de Alex, este jadeó cuando el frío contacto se estrelló contra su caliente rostro.
-¿Has ido a ver a algún Doctor?- preguntó, autoinvitándose al departamento de Alex, pasando por el lado de este. Caminó directamente al living, checando a su alrededor.
-No necesito ver a algún Doctor, y no te he invitado a pasar.- reclamó este siguiéndolo de cerca.- ¿Qué estás haciendo?
El departamento de Alex estaba tan inmaculado y estrictamente ordenado como su lugar de trabajo. Los muebles acomodados en las esquinas, el televisor perfectamente colgado, y libros de un montón de géneros distintos tanto de no ficción como ficción en una biblioteca negra ordenados por orden alfabético.
Rhys caminó hasta la cocina, sin prestarle atención, y comenzó a buscar entre los compartimentos, los cajones, hasta que lo encontró. Un termómetro.
-Ten.- se lo tendió.- Tomate la temperatura.
-No.- gruñó Alex de brazos cruzados, más por llevarle la contra que otra cosa.- No voy a hacerlo, lamento informarte que ya no eres mi jefe.
-Si te tomas la temperatura me iré.
Eso pareció ser suficiente para convencerlo ya que le quitó el termómetro y se lo puso en la boca.
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Make me love you (Gay)
RomanceAlex tiene 34 años, ha trabajado 10 años para Industrias Maximov, y espera que luego de todo el arduo trabajo su esfuerzo sea recompensado de alguna forma, y ¿Qué mejor que de ser ascendido a nuevo Director Ejecutivo? Pero, ¿Qué puedes hacer cuando...