Capítulo 30

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Cada vez que solía regresar de sus viajes de negocio, sentía la imperiosa necesidad de ordenar todo su departamento desde el más mínimo detalle al más relevante. Sin embargo, en esa ocasión, al retornar de ese absurdo viaje al partido de hockey y luego a la playa, sentía una notable diferencia en la tensión en su cuerpo, sus hombros se notaban menos rígidos y lo más sorprendente era que lo decía con un sentido positivo.

Optó, esta vez, por cambiarse de ropa a unos short deportivos y una camisa de una empresa para la que había trabajado cuando era más joven, y a continuación, ir directo a su trabajo para ponerse al día.

Comenzó a revisar los correos electrónicos, aún no tenía sueño, por lo que irse a la cama tan temprano solo lo tendría pensando hasta la madrugada. Y fue entonces que escuchó como alguien golpeaba con urgencia la puerta de su casa, antes siquiera que pudiera acomodarse en el escritorio.

Esta vez ya se había acostumbrado a mirar por la mirilla antes de dejar pasar a cualquiera, parpadeó confundido al ver quien era. Al abrir divisó al menor de los Maximov con un semblante agotado.

-Alex. Hola.- le saludó con la respiración agitada, dio unas bocanadas de aire para recuperar la respiración antes de volver a hablar.- Lamento venir sin avisar, pero necesito que vengas conmigo, es urgente.

-¿Qué?- parpadeó sorprendido, mirando que se encontraba con su ropa para estar en casa, la cual era de por sí demasiado informal para salir.- ¿Ahora mismo?

-Si. Ahora mismo.

Apenas le dio tiempo de recoger sus llaves, un saco y salir tras el chico.

-¿A dónde vamos?

-No hagas preguntas, solo confía en mí.

Alex le obedeció y lo siguió hasta los estacionamientos del edificio. Llegaron hasta una motocicleta Harley de color negro, y parpadeó confundido ante el casco que le tendía Neal.

-¿Qué es eso?

-Se llama casco, se utiliza para proteger tu cabeza de posibles daños. Póntelo.- le dijo con ironía.

-Sé lo que es. ¿Quieres que me suba a esa cosa contigo?

-Alex, no hay tiempo, tenemos que ir al hospital ahora mismo.

-¿Hospital?

Neal se colocó el casco y se lo acomodó. Alex se quedó allí un largo rato, más que confundido, mientras Neal se montaba en la motocicleta, echándola a andar, el motor rugió.

-Venga.- palmeó el asiento de la moto, detrás de él.- Solo súbete, tenemos que llegar lo más pronto posible, y este es el camino más rápido. Prometo no dejar que te ocurra algo.-hizo una pausa.- Además si así fuera mi hermano me mataría.

-Puedo ir a buscar mi auto. No me he cambiado de ropa y realmente no me siento cómodo viajando en...

-Alex.- le cortó Neal.- Esto es urgente, súbete, vamos.

Sopesó sus opciones. Sin embargo se sentía inseguro sin las paredes metálicas de su auto a su alrededor, cualquier golpe iría directo a su cuerpo... no pudo seguir pensando ya que Neal le puso el casco, sin preguntar.

-Oye, aun no he dicho...

-Vamos.- Neal le ignoró y palmeó su asiento de atrás indicandole que se subiera. A pesar de la urgencia en su voz, había unos tintes de diversión en sus ojos.

A regañadientes se montó en esa cosa, maldiciendo en voz baja, además iba vestido con poca ropa. Con torpeza, deslizó sus brazos alrededor de la cintura del chico, y cuando la moto aceleró, jadeó sorprendido. La experiencia para sus sentidos era bastante intensa, los colores de los autos al pasar brillantes, y el viento deslizándose por su piel le causaba estremecimientos.

Make me love you (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora