Rhys sentía una paz plena últimamente, después de todo lo acontecido en ese último tiempo, al fin pudo comunicarle a su familia que todos los problemas habían sido resueltos, no sin que su madre armara un show y lo interrogara intensamente respecto a todo, incluso se fue a quedar unos días con él hasta asegurarse de que lo de su pierna no era algo serio.Ella parecía en cierta medida sorprendida a medida que Rhys le comentaba en lo que estaba metido su ex marido. Pero a la vez, no parecía sorprendida en absoluto, Rhys estaba seguro de que su madre siempre tuvo la intuición que Ivan estaba metido en cosas turbias, para él continuaba siendo un misterio el que su madre accediera a haberse casado con él, en especial cuando mencionó todas las actitudes que le alertaban que algo no estaba bien, como el hecho de que que el día de su boda el hombre llevara una pistola en el cinturón, o que siempre supiera donde estaba ella, cada minuto del día.
Hacía décadas de aquello.
De la misma forma que volaba el tiempo se sorprendió al verse a sí mismo, vislumbrando colinas plagadas de un sin número de senderos, era la última vez que vendría a buscar a Neal a la escuela, para que fueran a la cafetería que estaba al costado.
-Rhys.- la voz de su hermano lo sacó de sus pensamientos.
-¿Decías?
-Te preguntaba cómo van las cosas con Alex.
No pudo evitar que una sonrisa se abriera paso lentamente en su rostro, y sus ojos se cerraran levemente.
Alex.
-Todo va bien.
Mucho mejor de lo que se esperaba en realidad.
Neal se llevó el tenedor con torta red velvet a la boca, comiendo más apresurado de lo que solía ser. Quería pedirle algo, siempre que le llamaba y Neal se ofrecía a pagar era porque quería pedirle un favor, eso y obviando el hecho de que llevaba semanas sin planificar una fiesta.
Rhys pensó que era mejor que fueran directo al grano.
-Gracias por la torta, y el café.
-No es nada.- le restó importancia Neal, esquivando su mirada deliberadamente.- Pero si realmente quieres agradecerme de alguna forma...
Aquí vamos, pensó Rhys como si no conociera a su hermano de toda la vida.
-Podrías dejarme llevar a Alex al baile de graduación que tendremos a inicios de Julio.
-¿Quieres invitar a mi novio al baile de graduación de tu escuela?- preguntó Rhys, luego de haber dejado escapar una risa de incredulidad, visiblemente sorprendido y más aun ante el asentimiento del otro.- Estás bromeando, tu escuela ni siquiera tiene baile de graduación.
-Claro que tiene.- espetó Neal.- Desde que a los idiotas del club de teatro se les ocurrió reunir fondos para hacer uno. Jodidos imbéciles.
-¿Por qué no solo llevas a alguno de tus compañeros de curso?- inquirió Rhys, dándole un sorbo a su café, como si fuera la alternativa más lógica.
-¿Estás loco?- gruñó Neal, como si Rhys le acabara de sugerir que le mandara fotos de su pack a la directora.- Eso arruinaría mi reputación completamente. Todos mis compañeros son unos perdedores. Excepto Nicolas, pero él no cuenta, además va a llevar a su novia.
Rhys dejó escapar un resoplido inconforme, en esas actitudes notaba que Neal aun continuaba siendo un inmaduro adolescente, esa actitud tan soberbia, como era el pensar que estaba por sobre todo el mundo y podía tomar lo que quisiera cuando el quisiera, a veces le recordaba un poco a él mismo, solo que le tomo su tiempo madurar, y aun estaba en proceso de hacerlo. Y de igual forma, esperaba que Neal, al enfrentar la independencia de la Universidad le hiciera darse cuenta de todo aquello.
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Make me love you (Gay)
RomanceAlex tiene 34 años, ha trabajado 10 años para Industrias Maximov, y espera que luego de todo el arduo trabajo su esfuerzo sea recompensado de alguna forma, y ¿Qué mejor que de ser ascendido a nuevo Director Ejecutivo? Pero, ¿Qué puedes hacer cuando...