Capítulo 4

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Durante el resto de la jornada laboral había guardias yendo y viniendo, dos hombres de una empresa que instalaba una caja de clave fuera de su puerta. Le dieron una contraseña para utilizar, al parecer empecinados en reforzar la seguridad. Alex lo entendía, sin embargo, lo estaban volviendo loco al no poder concentrarse con el alboroto que estaban armando.

Ya tres horas perdidas de trabajo después los hombres se fueron. Y Josephine entró en su oficina.

-Señor Cruz, lo siento, pero no podemos tener el informe para hoy- le informó con un tono asustadizo- es... necesito unos días más, sé que la reunión....

-Lo necesito para presentarlo mañana, y quiero alcanzar a revisarlo con tiempo. No puede esperar.

-Lo sé pero Trip no ha podido darme la información del último trimestre...

-No es problema mío- le cortó.

Cada vez se preguntaba cómo era posible que esas personas estuvieran trabajando años allí y eran incapaces de llevar a cabo algo tan simple.

-No me importa si te toma toda la noche, he estado pidiéndote por semanas este informe, es algo que cualquier persona que hace su trabajo de forma competente tendría listo en menos de un día.

-Yo... lo intentaré.

Josephine se fue con expresión preocupada.

Luego esa misma tarde la impresora inalámbrica no estaba funcionando. Gruñó un par de veces y ya al quinto intento decidió ir a la de recepción. En el camino estaba una chica de la cual no recordaba bien su nombre, era una amiga de Josephine y hablaba con esta y con Trip casi susurrando.

-Venga por favor, cuando estaba Ivan aquí era insoportable, y ahora lo es aún más. No porque no tenga vida significa que nosotros no la tengamos- esa era la voz de Josephine.

¿Estaban hablando de él?

-Supongo que no debe de tener familia. Ya sabes, su prometida lo dejó con él.- Se escucharon unos sonidos húmedos de besos, como si Trip la estuviera consolando- No me extraña que esté solo, siendo tan estirado y frío.

Alex lo sabía, no era tonto, sabía lo que las personas solían decir de él a sus espaldas. Que era un hombre frío, que solamente le importaba trabajar, que no tenía vida o familia de la que ocuparse, que era un robot sin sentimientos, nada de eso era inusual o nuevo, pero no por ello cada vez que escuchaba esas cosas quería decir que no le afectaran.

Apretó los labios, y dio media vuelta para salir de allí.

¿Si soy tan estirado y frío porque intentaste acercarte a mi cuando nos conocimos? pensó furioso, caminando a grandes zancadas decidió bajar por las escaleras hasta la cafetería, poniéndose en la fila para comprar un expreso bien cargado, necesitaba algo de desayuno para sobrellevar ese día que iba de mal en peor.

-Señor Cruz- dijo alguien tras de si.

La guinda de la torta, pensó antes de voltearse y ver Rhys allí, luciendo esa sonrisa burlesca, lucía un aire relajado como siempre, y llevaba unas llaves en la mano. Su camisa negra estaba desabotonada en el pecho, viéndose el indicio de un tatuaje, apartó la mirada rápidamente sin querer pensar en que otros tatuajes tendría el hombre en su cuerpo.

-¿Qué?- espetó, y quizás le salió más brusco de lo que pretendía.

-Vaya-odiaba que en lugar de verse enojado o sorprendido cuando era grosero con él Rhys solo parecía deleitado- Esa no es forma de hablarle a tu jefe. Puedo volver a castigarte si lo haces.

Piensa en la biblia, se dijo Alex mentalmente, decidido a voltearse e ignorarlo.

-Necesito que me acompañes a una reunión al otro lado de la ciudad.

Make me love you (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora