Capítulo 14.

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A continuación, podemos ver cómo los oficiales de policía observaban la ruina del almacén que había hecho explotar Sirio

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A continuación, podemos ver cómo los oficiales de policía observaban la ruina del almacén que había hecho explotar Sirio.

"Es como si una pequeña bomba atómica hubiera hecho esto", comentó uno de sus compañeros.

Charlie se acercó a ver más de cerca la ruina de aquel almacén, quien quiera que hizo esto lo hizo bien y coordinado aquí ya no había nada.

Dándose la vuelta Charlie pudo divisar la figura de un hombre vestido completamente de negro al lado de un árbol, al acercarse un poco más se dio cuenta que era Sirio el amigo que había echo aquel día que visitó su casa.

Se acercó a este, "Hey, ¿sabes lo que sucedió aquí?", preguntó señalando el almacén detrás de él.

Sirio quería mentirle no quería decir que él era el que había ocasionado aquello. Vino aquí para destruir alguna evidencia de lo que había quedado, no espero encontrase con la policía y mucho menos con su nuevo amigo.

"Sí, lo hice", declaró con firmeza.

Charlie parpadeo y volvió a parpadear por la franqueza de aquel hombre. ¿Él en verdad lo hizo? Como diablos pudo hacer algo así.

"¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo?", preguntó un poco aterrado. No sentía miedo del hombre, pero estaba aterrado por que hizo aquello, que había ahí que hizo causar todo esto.

Sirio le dio una mirada tranquilizadora antes de acercarse a Charlie y tomarlo del brazo y así desaparecer junto con él. El mencionado grito cuando sintió una opresión y luego vio que estaba en una habitación con varios libros y pergaminos.

"¡Que ha sido eso! ¡No, que eres tú!", gritó aterrado señalando con el dedo a Sirio.

Charlie corrió por toda la habitación buscando una salida, que era este hombre como había hecho para aparecer aquí. Sirio sintió el miedo saliendo del humano y con un chasquido lo sentó paralizado en una silla cercana.

"Hey, todo está bien compañero te mostraré algo que creías tal vez un mito y con lo que tanto te engaño tú hija Bella", explicó.

Por lo cual Sirio empezó a mostrarle libros antiguos y esquemas así también explicándole sobre los vampiros y sobre toda la magia. Charlie estaba asustado ¿aquello era real? Cuando le explico lo que eran los Cullen y como Bella sabía todo el tiempo que eran vampiros, lo que le hizo doler el corazón fue cuando le explico sobre los cambia formas y como su mejor amigo y descendencia lo eran. Sirio vio apropiado contarle aquello ya que sabía que el hombre después de esto tal vez saldría corriendo a decirles.

"Imposible", murmuró. Sirio prosiguió a hablarle sobre los clanes de vampiros existentes, terminando aquello y cerrar con broche de oro como decía su amigo Liam, le empezó a mostrar magia.

Charlie estaba anonadó el siempre en su adolescencia estuvo obsesionado con los libros de fantasía nunca pensó que los vampiros, brujos y cambia formas existieran. Su cara estaba empapada de lágrimas ¿esto era cierto? Tenía miedo, no pudiendo aguantar más lo último que vio antes de desmayarse fue como Sirio corría hacia él.

Volviendo abrir los ojos, vio que estaba en su habitación y soltando un suspiro se pasó la mano por la cara, todo fue un sueño, sí eso fue.

"No lo fue", murmuró una voz al rincón de su cama.

Soltando un grito para nada masculino Charlie giro la cabeza para ver a Sirio.

"¿Entonces todo lo que me mostraste es real?", preguntó.

"Lo es", confirmó con voz solemne.

"Y sobre lo que hizo Bella con Edward, y sobre esa cosa extraña de las almas gemelas", murmuró.

"También lo es, aunque no debes tener miedo tienes mi protección para cualquier cosa que te pase y si algún día lo quieres te daré vida eterna", insinuó con voz cantarina.

"¡No!", gritó para así bajar a la cocina a tomarse un café bien cargado escuchando la risa de Sirio detrás de él.

"Él hizo algo verdad, ya no puedo ver a los neófitos es como si ya no existieran todo está en blanco", comentó aturdida

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"Él hizo algo verdad, ya no puedo ver a los neófitos es como si ya no existieran todo está en blanco", comentó aturdida.

"Sí, él los asesino", murmuró con voz ronca.

Los demás en la sala se quedaron boquiabierto procesando aquella información antes de que se escuchara una escandalosa risa proveniente de Emmett. Los demás lo vieron con una ceja arqueada, ya lo ven venir.

"Tú príncipe derrotó a los demonios no por la otra sino por ti mi querida monja", gritó con dramática antes de esquivar el tacón que le había lanzado Edward que eran los de Rosalie así recibiendo una mirada de muerte de la mencionada.

Sin decir nada subió hacia su habitación lo que no sabía era que tenía un invitando del cual nadie de la casa se había percatado.

"Se lo dije", susurró una voz a su lado cuando abrió la puerta.

Edward maldijo a todos los dioses por el susto que se llevó, y se dio la vuelta para ver cómo Sirio lo miraba con preocupación.

"Deja de hacer eso y que es esa cosa que dijiste", comentó acercándose a la silla de su escritorio y sentándose en ella.

"Le dije al padre de Bella lo que somos y con pruebas", susurró.

"¿Qué hiciste qué?", gritó levantándose de la silla de un salto, "Acaso estás loco".

Sin dejarse llevar de los gritos de Edward prosiguió a explicarle él porque hizo aquello. El mencionado más calmado comprendió lo que su nuevo novio decía.

"Eres un idiota", balbuceó acercándose para besarlo.

"Soy tu idiota cariño", comentó con voz dulce.

Edward estaba tan agradecido que Sirio le hubiera puesto permanentemente un hechizo de silencio a su habitación o sino hubiera teñido media carne de vampiros encima de ellos en ese momento. Sí, hablaba de Emmett.

Edward se acostumbró al nuevo trato que se daban él y Sirio de la noche a la mañana, él por obvias razones le daba crédito al lazo de alma gemela. Hablando de ello, todavía no le había dicho a todos que él y Sirio se hicieron novios aunque todo era muy nuevo pero quería avanzar un poco en la relación con su compañero antes de comentárselo a su familia. Él estaba feliz como nunca en su vida, este hombre lo hacía feliz.

En aquel momento Sirio lo estaba besando con pasión, cuando Edward pensaba cosas así le calentaba el corazón. Él lucharía por ellos.

𝐄𝐋 𝐁𝐑𝐔𝐉𝐎 - 𝗘𝗗𝗪𝗔𝗥𝗗 𝗖𝗨𝗟𝗟𝗘𝗡® (EN EDICIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora