Una historia de engorde y experimentación

10.- Segunda prueba: El engorde (3era parte)

La mañana transcurría y yo seguía siendo alimentada más de la cuenta por las tres asistentes del Señor en contra de mi voluntad. Me daban platillos tras platillos; diversos tipos de sodas y malteadas concentradas en altas calorias.

También puede observar como mi cuerpo crecía más y más que las últimas veces. Me veía más y más gorda cada vez. Incluso mis piernas y brazos lucían muy gordas y flácidas (a tal grado de formarse rollitos de grasa) debido a que me inyectaban aquellas bolsas de suero con el contenido calórico en mis venas. Hablando de ello, aquellas bolsitas se encontraban a penas por la mitad 😣😣🥲. ¡Vaya tortura que estaba pasando!

Al llegar la tarde, las asistentes principales me seguían dando demasiada comida hasta que el Señor apareció para darles una instrucción:

Señor: -¡Es suficiente mis queridas asistentes!

Señor: -De momento, quiero que me ayuden a llevar a nuestra cerdita al "comigorde 6,000" y me apoyen a preparar la habitación del castigo. Ella no volverá a revelarse contra nuestras órdenes aún estando sin el efecto de las pastillas 😑😑.

Aika: -Eso si 😁😁. Peeeroo.....¿Esa habitación? ¿Está seguro mi Señor?

Señor: -En lo absoluto Aika 😑😈😈.

Señor: -Eso si, antes de propinarla a su castigo, veremos cuántos kilitos ha aumentado 😌😌.

Señor: -Nuestro objetivo primordial es hacer que rompa la báscula 😈😈😈. Cuando esté echo, la llevaremos a la subasta de gordos 🤭🤭😈😈😈.

Señor: -¡Bueno, manos a la obra mis fieles asistentes!

Aika: -De acuerdo mi Señor.

Aika: -¡Ya lo oyeron chicas! ¡Manos a la obra!

En aquel momento ví como entre todos me desataban con prisa de la silla en la que estaba para luego pasarme a la silla de ruedas llevando consigo los tubos que cuelgan las bolsas de suero con el contenido calórico.

Por un instante, creí que podría ser mi momento de escape, pero a decir verdad, me sentía cansada y con a penas un poco de fuerza para hacer el intento.
Solo pude ver cómo me llevaban de vuelta al cuarto estrepitoso dónde se encontraba la máquina que me alimentaba con ese embudo que va directo a mi garganta 😥😥😥.

Una vez llegando ahí, tanto el Señor como sus asistentes, realizaron otro esfuerzo para pasarme de la silla de ruedas a la máquina alimentadora ("comigorde 6,000" o al menos se que ese es el nombre de la máquina del cuál el Señor la nombraba así).

Mientras sus asistentes se encargaban de amarrarme nuevamente a la camilla metálica, el Señor se enfocaba en volver a llenar las bolsitas de suero calóricas para inyectarlas en mi una vez más.

Señor (llenando la bolsa de suero con el contenido calórico): -Kiara, Aika, coloquenle el embudo en la boca en lo que termino con estás bolsas, por favor 😌.

Kiara y Aika: -¡Entendido Señor!.

Kiara: -A ver...abre esa boquita cerdita 😁😁.

Shinder: ... (abriendo la boca casi de forma automática debido al efecto de la sumisión).

Aika: -¡Más grande!, ¡más grande!. ¡Eso es!
Aika: Señor, el embudo ha sido colocado exitosamente. También lo hemos ajustado un poco para que no se le caiga.

Señor: -¡Exelente! Ahora hay que inyectarle la droga del hambre y las bolsas de suero.

Nuevamente volví a recibir un pinchazo en mi estómago de aquella droga que me provocaba el hambre; así como también, los pinchazos de las bolsas de suero con el contenido calórico 😣😣😖.