11.- Comienzan las semanas

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1meras tres semanas

Aquella noche me fue imposible conciliar el sueño 😣😓😓.

Los vibradores que me dejó durante esa noche torturaban al máximo mis se*os y labios va*****es a tal grado de perder el número de veces en qué perdía la conciencia y volvía a despertar espaciadamente. De las veces en que lograba estar conciente, la verdad, ya no sabía en qué más podía pensar; sentía miles de cosas a la vez: or***mos interrumpidos, los nutrientes líquidos súper calóricos entrando en mi nariz, a*o y vias intravenosas en las piernas y brazos a la vez, mi nombre que a su vez parecía desvanecerse en la nada, inquietudes de como fue que llegué aquí, aquellos rostros familiares que vi en esa ocasión, sinfín de sensaciones bastante raras, y muchas más......

Todo ello seguía siendo un interrogante para mí. Pero el más importante de todos era el de saber "¿quién era yo"?, cosa que fui perdiendo razón cada que pasaba el tiempo.

A la mañana siguiente, desperté con un poco de conciencia y soltando ligeros jadeos provocados por esos espantosos vibradores que ya me tenían hasta la coronilla del cansancio. En ello, pude escuchar como alguien se aproximaba a la puerta y la abría con toda la elegancia del mundo.
Era nada más y nada menos que el mismo Señor con rostro placentero y burlón ( :v ).

Señor (suspirando de alegría): -¡Que buena siesta tuve! 😁😁😊😊😁.

Señor (acercándose a Shinder): -¿Qué tal estuvo la tuya mi cerdita? 😁😁🤣🤣🤣.

Shinder: -...... 😬🙄😒🙄😤

Señor: -Interpretaré tu silencio como un "bien" 😁🤣🤣😈.

Señor: -Veamos que bien te la pasaste a noche, ¿quieres? 😙🤣.

En ese momento, el Señor se puso a revisar lo gordas que estaban mis extremidades, mis po**is y mi enorme barriga que se desparramaba en la camilla.

Señor: -¡Bien! ¡Bien! ¡Vamos bien! 😚😈😈. Al finalizar la segunda semana, te volveré a tomar tu peso 😁😁.

Señor: -Por ahora voy a revisar lo mucho que te divertiste y de pasó te haré una limpieza general 😌😌.

Señor: -Está limpieza se realizará todos los días. Quiero mantenerte limpia esa área.

Shinder: -¿Área? ¿Qué área?

Señor: tu recto y tú a*o 😌😌.

Señor: -En otras palabras, todos los días te realizaré pequeñas sesiones de enemas para mantenerte limpia.

Shinder: 😳😳😖😖😖.

Señor: -¡Tranquila!, si cooperas, estoy seguro de que eso no te dolerá 😌😌😈. A menos de que quieras otro castigo 😈🤣🤣.

Shinder: -¡Nooo! ¡Ya no! 😣😣😣

Shinder: -¡Ya aprendí mi lección! 😣

Señor: -¡Bien! Es momento de levantarte el castigo 😌😌.

En aquel momentos, el Señor me quito los vibradores y pudo corroborar que mis labios va*****es se encontraban muy mojados.

Señor: -🤣🤣🤣🤣. Buena cerdita 🤣🤣🤣.

Shinder (enojada y chiveada por la pena que le invadía): -......😳😳😒😒😳

Señor: -Bien. Es hora de llevarte al baño. Te aplicaré tu primera sesión de enema. Ya verás que pronto te acostumbrarás 😌😌.

En cuanto me desató de la camilla, se dirigió a las computadoras para detener por un momento a la gran máquina que me alimentaba por el a*o para luego desajustar aquel tubo que conectaba con la camilla y mi tra**ro. Una vez echo eso, me quitó las agujas que daban para mis bolsitas calóricas (actualmente vacías); finalmente, me sacó aquel tubito delgado de la sonda que tenía puesta en la nariz.

Una historia de engorde y experimentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora