BUENA SUERTE (Olivia)

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¡Por fin!

Por fin había acabado mi último año de bachillerato. Me había costado mucho esfuerzo sacar una buena nota, menos mal que no me rendí. Ya me había graduado y despedido de mis amigos, ya que mi familia y yo nos íbamos a mudar a Barcelona.
Toda mi vida la había vivido en Madrid y me daba pena irme, pero por otro lado estaba muy contenta porque vería a mi mejor amigo después de tanto tiempo.

Daniel y yo nos conocíamos desde muy pequeños gracias a nuestros padres, que eran muy amigos. Ellos solían quedar mucho, lo que implicaba que pasáramos mucho tiempo juntos.

A los diez años nos tuvimos que separar porque sus padres encontraron un trabajo más favorable para ellos y se tuvieron que mudar a Barcelona. Ya habían pasado casi ocho años desde entonces. Pasaríamos todo el verano juntos y luego yo iría a la universidad de Barcelona.

Él tenía un año más que yo, lo que significaba que ya había acabado su primer año de universidad.
¡No podía esperar más para verlo! Estaba muy emocionada, pero a la vez me sentía mal por mi hermano pequeño. Él se llamaba Adrián y tenía catorce años. Ya era mayorcito, pero le costaba hacer amigos, por eso yo haría cualquier cosa para que estuviera bien en su nuevo instituto. Nos llevábamos bien pero, como cada hermano, hacía sus travesuras y siempre me molestaba. Aunque, ahora que se había vuelto un adolescente, ya no me hacía tanto caso y siempre solía ser yo la que acababa molestándolo a él.

Ya había llegado el gran día. Mi alarma sonó y lo único que deseé fue lanzar el móvil por la ventana porque me moría de sueño. Eran las seis de la mañana y nuestro vuelo a Barcelona salía a las ocho y media. No desayuné porque era muy temprano, solo me bebí un café para despertarme.

De camino al aeropuerto no podía para de pensar en Daniel. Después de tanto tiempo nos volveríamos a ver... Ese pensamiento provocó que sonriera sin darme cuenta.

Cuando llegamos me tocó despertar a mi hermano porque se había quedado dormido en la hora de trayecto. Dejamos el coche en el parking y entramos en el aeropuerto. Pasamos el control y nos dirigimos hacia la puerta de embarque. Entre que no la encontrábamos y que tuvimos que ir al baño casi no llegamos a tiempo.

En el avión me senté en el asiento que estaba al lado de la ventanilla. Me encantaba ver el cielo por las mañanas, sobre todo cuando amanecía. Pero a esa hora ya había amanecido, así que no pude verlo desde el avión. Me hubiera encantado hacerle una foto de recuerdo.

En un abrir y cerrar de ojos ya nos encontrábamos en Barcelona. No pude dormir por la emoción que recorría por mi cuerpo, pero sabía que luego estaría
muerta de sueño, ya que solo había dormido cinco horas. La verdad es que me puse a hacer la maleta a las once de la noche y me fui a dormir a la una.

Al bajar del avión fuimos directos a la salida, dónde Daniel me esperaba. O eso creía.

Cuando salí lo busqué por todas partes, pero no lo encontraba. Fui a mandarle un mensaje, pero cuando desactivé el modo avión vi que hacía media hora él me había mandado uno en el que ponía que no podría venir porque tenía que ayudar a su padre en el trabajo, ya que su compañero estaba enfermo y no podía ir.

Guardé el móvil un poco desanimada, pero aún así manteniendo mi emoción.

Cogimos un taxi para que nos llevara hasta la ciudad. En el trayecto no paré de pensar en que este cambio en mi vida sería una locura, ya que conocería a mucha gente nueva y viviría experiencias inolvidables. La verdad es que tenía las expectativas muy altas.

Y, hablando de mí, yo era una persona muy positiva; todo el mundo me lo decía. Pero muchas veces se habían aprovechado de mí por eso. Durante estos casi ocho años había cambiado mucho mis amistades. Se habían reído de mí, humillado, hablado mal a mis espaldas, etc. Me habían pedido segundas oportunidades y yo como una tonta dándolas. Entendí que no es bueno solo ver el lado bueno de las cosas. Pero en esta nueva aventura que iba a vivir en Barcelona tenía claro que empezaría desde cero y que me podía olvidar de toda esa gente que me había hecho daño en el pasado.

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